El camino de Steve Jobs, por Jay Elliot

La palabra empresario se queda corta ante alguien como Steve Jobs. Como dice el autor de este libro, Jay Elliot, que trabajó codo a codo con él durante años, Steve Jobs es “un visionario genuino, un ejemplo real de ese término que se ha usado demasiado“. Es también un caso paradigmático de gran emprendedor en la tradición de Silicon Valley: alguien que empezó muy joven en un garaje y llegó a lo más alto del mundo empresarial norteamericano y mundial (el trato que le dispensaron en sus visitas a Japón es una muestra elocuente del prestigio que ha llegado a alcanzar).

Jay Elliot, autor de este libro, es ex vicepresidente de Apple Computer y colega cercano de Steve Jobs, ha escrito este libro en colaboración con William L. Simon.

De hecho, cuando Jay Elliot y Steve Jobs se conocieron, el primero era un cuarentón con el aspecto que se le supone a un ejecutivo (traje y corbata), mientras que Steve, bastante más joven, llevaba vaqueros y playeras. Sin embargo, aquel veinteañero con aspecto de hippie ya tenía una idea revolucionaria en su cabeza, la del ordenador personal, un ordenador que pudieran manejar individualmente millones de personas en todo el mundo. Esto, en un momento, mediados de los setenta, en que las grandes empresas como IBM sólo pensaban en grandes ordenadores para empresas a precios prohibitivos.

Así arrancó el camino de Steve Jobs, un camino que le llevó a ser el millonario más joven de 1982, el mayor accionista individual de Disney o a ser elegido en 2009 director ejecutivo del año por la Harvard Business Review, por haber incrementado en 150.000 millones el valor en bolsa de Apple en los doce años anteriores. En definitiva, a convertirse en “el muchacho emblemático del high-tech“.

Más que una cuestión de dinero

Pero ésta no es sólo una historia de éxito económico y dinero, sino de un modo de trabajar y entender el mundo empresarial, así como la relación con los empleados, algo a lo que no es ajena la influencia budista en el pensamiento de Steve Jobs, que, en su juventud (en realidad, casi todo lo que ha hecho Steve Jobs lo ha hecho siendo joven), realizó un largo viaje a la India.

Steve Jobs es, desde luego, un heterodoxo, alguien con “poca educación formal [no acabó sus estudios universitarios], pero brillante, y con una conversación increíblemente interesante sobre cualquier tema“. Pero para Jay Elliot no hay ninguna duda: “Casi nadie piensa en la tecnología como un campo glamoroso; sin embargo, para mí, al menos, el trabajo nunca ha sido más satisfactorio o increíblemente emocionante como cuando trabajé con Steve Jobs“.

Y en una carta que le dirige al final del libro, afirma con rotundidad: “El nuevo tipo de organización empresarial que has creado es el cimiento fundamental de las empresas del futuro“.

Este libro muestra el camino de Steve Jobs y las características de ese “nuevo tipo de organización empresarial“, unas características de las que pueden aprender muchos jóvenes empresarios, pero también mucha otra gente para aplicarlas a su vida personal.

Los principios de un triunfador

Desde el comienzo de su carrera y a lo largo de los años, Steve Jobs ha aplicado una serie de principios que han marcado su estilo empresarial:

Sin duda, una de las claves de su éxito ha sido su concentración extrema en todos los detalles, desde la producción a la distribución, pasando por la presentación en sociedad del producto. En cuanto a lo último, merece destacarse el anuncio de lanzamiento del Macintosh, dirigido nada menos que por Ridley Scott en 1984, calificado por muchos expertos como el mejor anuncio de televisión jamás realizado.

Steve Jobs es un perfeccionista que da prioridad al cómo sobre el cuando, es decir, a cómo esté el producto final que al momento de su salida al mercado. Piensa que es mejor lanzar bien un producto, con las correcciones que sean necesarias, aunque estas correcciones impidan que se lance en la fecha prevista.

Da gran importancia a las reuniones colectivas que implican a todos en todo, haciendo que la gente entienda aspectos que no son de su especialidad, y consiguiendo que todos se sientan implicados en un proyecto común. Como dice el autor del libro, a Steve Jobs le encantan los retiros y es “el maestro de convertir el cliché de la construcción de equipo en un arte“.

Prefiere el espíritu libertario de los piratas al reglamentismo de los marinos profesionales; la capacidad de abordar (nunca mejor dicho) cualquier asunto sin encorsetamientos. Evita el pensamiento burocrático (lo que tiene un reflejo en el aspecto de la gente de su empresa, que suele llevar pantalón corto, camisetas y sandalias).

Steve Jobs siempre ha trabajado muy cerca de sus colaboradores. Cerca, en sentido estricto, físico, practicando una dirección presencial mejor que el habitual recurso al correo o el teléfono, ya que está convencido de que si se es accesible y se escucha a los empleados, éstos satisfarán las expectativas. Además, conoce bien a todos sus empleados.

Es exigente con quienes trabajan con él. Una vez le dijo al autor del libro: “sé que se quejan de mí, pero más adelante van a ver esto como la mejor época de sus vidas; sólo que aún no lo saben, pero yo sí“. Y el autor le respondió: “Steve, no te engañes. ¡Lo saben y les encanta!“. Para él, no hay término medio, Se es brillante o se es incompetente; y, por supuesto, contrata siempre al mejor.

Va más allá del perfil tradicional, intentando averiguar los talentos que subyacen en cada uno y lo que esa persona podrá aportar a la organización.

Combina el convencimiento de que la gente puede estar disponible veinticuatro horas al día con el respeto a la vida privada.

El producto representa el corazón de una empresa, ésa es una de sus tesis esenciales.

Todo lo anterior implica que quien trabaja con él sabe que va a hacerlo en proyectos innovadores y que va a hacer cosas más interesantes que en cualquier otro lugar. Esto se lo dijo bien claro Steve Jobs al presidente de PepsiCo, John Sculley, cuando quiso ficharle para Apple: “¿Quieres pasar el resto de tu vida vendiendo agua con azúcar o quieres cambiar el mundo?“. Jobs es un maestro de la motivación y, como dice Jay Elliot, “hay pocas cosas en el mundo de los negocios de más valor que tener un equipo con gente a quien realmente le importa la compañía y sus productos“.

Caída y retorno

La trayectoria de Steve Jobs ejemplifica, además algo que es distintivo de los grandes hombres, la capacidad de recuperación, eso que dijo Kipling, “si pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea“; o en palabras de Martin Luther King: “juzga a alguien por cómo reacciona ante el fracaso, no ante el éxito“. Un hombre inteligente se recupera pronto de un fracaso, un tonto no se recupera nunca de un éxito, dice, finalmente, la sabiduría popular. Steve Jobs, al que nunca han cegado sus numerosos éxitos, supo también reaccionar positivamente ante el fracaso.

En 1985, con treinta años, se vio obligado a dejar Apple, la compañía que él mismo había fundado. Se abrió entonces una nueva etapa, en la que dio también muestras de su genio. Steve Jobs puso en marcha una nueva empresa, NeXT, y compró Pixar, del imperio de George Lucas. Pixar será una nueva fuente de éxitos, en el campo de las películas animadas por ordenador. Toy story, el mayor éxito de taquilla fe 1995, fue el primer eslabón en esa cadena de éxitos en un terreno totalmente novedoso; luego vendrían otros como Bichos, Buscando a Nemo, Wall-E o Up.

En 1997 Steve Jobs vuelve a Apple. La fórmula oficial fue la adquisición de NeXT por parte de Apple; pero Steve pronto se hace con todas las riendas, convirtiéndose en director general interino de Apple. De modo que, en los medios empresariales, la pregunta fue si Apple había comprado NeXT o, más bien, había ocurrido lo contrario.

La revolución de la tableta

En esta nueva etapa, que llega hasta ahora mismo, Steve Jobs no ha dejado de innovar tanto en el terreno tecnológico como en el comercial. En este último, ha acentuado su interés por llegar directamente al consumidor, abriendo numerosas tiendas Apple en todo el mundo. Esta cadena de tiendas genera anualmente más de 4.000 dólares por metro cuadrado. “Tomando el control de la cadena de valor empresarial desde el concepto del producto a la manufactura y al punto de venta, Steve convirtió a Apple en un Disney de alta tecnología. Ésa era exactamente su meta“.

Pero más importante aún es la nueva serie de productos –iPhone, iPod, iPad- que están revolucionando la vida de la gente, permitiéndole tener un sinfín de posibilidades literalmente en la mano y dentro de una pantalla que es una pequeña tableta. Esta es una historia reciente que sigue abierta. “Como siempre –escribe el autor del libro- Steve Jobs ha visto hacia el futuro y lo ha hecho suyo“.

El Libro

El camino de Steve Jobs de jay Elliot, publicado por la Editorial Aguilar es algo mas que una novela biográfica y se detiene mucho en los detalles al respecto de la relación de Jay Elliot con el CEO de Apple, introduciéndonos en algunos aspectos de la cultura corporativa de la compañía de Cupertino desconocidos hasta ahora. Con un estilo libre y con bastantes notas autobiográficas del autor, el libro es de sencilla lectura y quizás solo está penalizado por su traducción desde el inglés, orientada a un mercado hispano internacional que incluye giros o construcciones gramaticales que en algunos momentos los lectores españoles encontrarán “diferentes”. Aún así, con con 257 páginas y un precio de 16,95 euros, “El camino de Steve Jobs” es una buena introducción a la que será la biografía oficial de Steve Jobs, que se publicará en una fecha indeterminada a lo largo de este año.

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