Lo sé, en nuestra sociedad nadie piensa en la muerte. No nos vamos a morir, ¡faltaría más! o que alguien se lo diga a José Luis Cordeiro.
Pensar en la muerte es siempre algo lejano, que ocurre dentro de mucho tiempo, y de una forma dulce y elegante, sin sufrimiento y manteniendo la consciencia hasta el último suspiro, que todos hemos visto las películas.
Todo ello a pesar de que vivimos rodeados de realidades que nos dicen lo contrario, que mucha gente muere a edades erróneas después de pasar auténticos calvarios, y otros muchos mueren inesperadamente, de un segundo para otro, sin tiempo de despedirse ni de decir “las cosas que nunca te dije”.
Y si encima te digo que a esa muerte lejana y dulce se llega después de años (puede que décadas) de deterioro y limitaciones, seguro que estás murmurando por dentro, “joder Alf, me estás deprimiendo”. Y eso que sólo te estoy diciendo cosas que sabes perfectamente pero que te niegas a enfrentar.
Porque siempre vamos a tener tiempo… claro, claro.
El caso es que andaba yo leyendo un libro de psicología, y la autora hablaba de cómo se desconcertaban sus pacientes cuando les preguntaba cuál les gustaría que fuera su epitafio (por si no lo sabes, epitafio es la frase o inscripción que se pone sobre un sepulcro o lápida referida al enterrado).
(Fíjate que lo que suele poner son mensajes de los vivos a los muertos: “no te olvidan” y similares, como si pudieran leer)
Se entiende que el epitafio es, más o menos, el resumen de nuestra vida (por favor, no me digas “fui muy amigo de mis amigos”). Y poca gente se ha parado a pensar cómo quiere que le recuerden o cuál ha sido el propósito de su vida.
Por supuesto, yo tampoco lo había hecho.
Luego el libro seguía la disertación hablando de eso, de los propósitos vitales, el examen de conciencia y cómo replantear nuestro camino para vivir una vida de la que los primeros en estar orgullosos de haberla vivido seamos nosotros.
Así que esa mi propuesta para hoy. ¿Has pensado cuál te gustaría que fuera tu epitafio? ¿Qué distancia hay entre lo que te gustaría que dijeran con respecto a lo que podrían decir si palmaras ahora mismo?
Ojo, parece trivial, pero no lo es. Te encontrarás barajando frases y expresiones, descartándolas por insuficientes, incompletas, largas, cortas… pensarás en poner un chiste, o una frase de la canción que te ha marcado… pero inmediatamente verás que no, que quieres algo mejor, algo que te defina DE VERDAD, no sólo para los que te conocen, sino incluso para los que no te conocieron. Que cuando la gente pase por delante de tu tumba y lean tu epitafio sigan su camino pensando que te conocen un poquito.
Al menos ese ha sido mi proceso.
Ahora que nadie nos lee, déjame en un comentario qué epitafio te gustaría.
Pd.: Después de mucho pensarlo, creo que lo que me gustaría que pusiera en mi lápida es “Gracias por todo”.
