La App Store para evitar abusos

Mucho se ha hablado recientemente de la conveniencia o no de permitir que lo usuarios instalen aplicaciones desde otros lugares distintos a la tienda oficial, la App Store en iOS y iPadOS, la Mac App Store en el Mac, del “side loading”…

Lo primero que nos viene a la cabeza cuando se habla de este tema, para alguien que vea a las personas como seres adultos y responsables, es dejar al usuario que escoja (libertad): si quiere conseguirla en un sitio, puede hacerlo, y si quiere en el otro, puede hacerlo también, es su responsabilidad.

Sobre este punto se podría profundizar en aspectos como si una forma es más segura que la otra, si el usuario tiene el conocimiento suficiente para tomar la decisión adecuada, si es un coladero de virus y malware (como sucede en Android o ha sucedido toda la vida en Windows), …

Pero en este artículo quiero hacer otro enfoque distinto: los abusos de los desarrolladores. Y no estoy hablado de que sea algo habitual, que lo hagan todos, sino que puede darse en casos. 

Si el desarrollador tiene dos vías para hacernos llegar su aplicación, la tienda oficial y la web, por ejemplo, donde la web no le impone ninguna restricción o control, donde incluso puede hacer cosas malintencionadas (vuelvo a decir: en casos concretos), lo más fácil es que la libertad de elección del usuario se acabe: si quieres mi aplicación tienes que pasar por el aro y descargártela en la web (por ejemplo). 

También puede ser por un tema de vagancia o ahorro: por ejemplo, en los tiempos del Flash, si el desarrollador pudiese haber escogido entre hacernos aplicaciones Flash para el iPhone o hacerlas nativas, en casi todos los casos nos hubiesen hecho aplicaciones Flash, que sale más barato y de una vez lo hago para todos los dispositivos. Qué es poco eficiente, que hace que la batería dure poco, que es inseguro… eso es problema del usuario. Ahora nadie duda que deshacernos de Flash fue un gran avance para la tecnología.

Esto es más fácil en aplicaciones donde el usuario tenga alguna dependencia, ya sea porque sea algo muy extendido o bien porque haya algún tipo de restricción que te obligue a usarla. 

Por este motivo, la libertad de elección del usuario desaparecería, y pasaría a ser libertad de elección del desarrollador según sus intereses, no los del usuario. 

Os quiero dar un ejemplo de la aplicación que se usa en mi trabajo: Global Protect: Esta aplicación es una VPN que permite conectar con servidores de la empresa de una forma segura, como cualquier VPN. 

El Mac permite instalar por esa doble vía, o bien por la tienda oficial o bien desde fuera. En este caso Global Protect solo permite desde fuera y, por lo tanto, sin cumplir las restricciones de la App Store. 

El comportamiento de esta aplicación es lamentable. Se instala y se activa siempre. No se puede desactivar. Puedes pedir que se detenga la VPN pero tienes que poner un motivo por el cual lo estás haciendo. Una vez has parado la VPN la aplicación sigue en marcha y se vuelve a conectar, sin tu permiso, a los 10 o 15 minutos. Si eliminas el proceso desde Monitor de Actividad, se vuelve a reiniciar solo. Es decir, hace lo que le da la gana, no lo que necesita el usuario.

Sin embargo, existe la misma aplicación para iPad. En este caso es una aplicación de la App Store que se integra como una VPN más del sistema. Puedo activarla y desactivarla a voluntad, sin que vuelva a activarse nunca más si no se lo pido expresamente. 

¿Por que me fuerza a hacer lo que ella quiere en el Mac? ¿Acaso no es igual de segura en el iPad?

Ahora, con los sistemas Apple Silicon, tenemos la opción de instalar las aplicaciones de iOS e iPadOS en el Mac, así que busqué Global Protect en la tienda de aplicaciones, en el apartado de Apps para iPhone y iPad, et volià, ya tengo la VPN en el Mac comportándose como es debido.

Esto me lleva a la reflexión que más allá de ser un tema de libre elección del usuario, está que éste realmente pueda elegir, y si existen ambas opciones se pueden cometer abusos como la que acabamos de ver. 

Y es que todos sabemos que la gente sirve al que le paga: Google sirve para los anunciantes, nosotros solo somos materia prima, Facebook hace lo mismo… y de momento, quien paga a Apple soy yo, así que, al menos por ahora, parece que me sirve a mí.  

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