Irlanda ha anunciado que se unirá a un acuerdo de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos que pone fin a la política de bajos impuestos del país para las grandes multinacionales, un incentivo que atrajo a empresas como Apple y Google a sus costas.
Al unirse al acuerdo de la OCDE, Irlanda abandona su tasa impositiva del 12,5% para cumplir con una tasa mínima efectiva de sociedades del 15% para las multinacionales con ingresos globales que superen los 750 millones de euros anuales.
La importancia de la presencia de multinacionales en suelo irlandés es enorme para su economía, pues hasta el 80 % de todos los ingresos fiscales provienen de solo un centenar de esas compañías extranjeras, según datos del Ministerio de Hacienda publicados el pasado mayo.
Dublín estima que el cambio en la fiscalidad se traducirá en una caída de los ingresos para las arcas públicas de hasta 2.000 millones de euros anuales, si bien espera compensarlo en parte con a través del nuevo aumento del impuesto de sociedades, dice El Confidencial.