El New York Times pasa con pies de plomo sobre las tácticas -no sé si anticompetitivas pero sí antiéticas- de Amazon en el mundo de los servidores y los servicios a empresas.
Cómo va copiando sistemáticamente toda característica de otras empresas que le parezca que podría hacerle sombra para, a continuación, ofrecerla más barata, integrada en su pool (conjunto) de servicios.
Amazon utiliza su division de computación en la nube, llamada Amazon Web Services (abreviado en A.W.S.) para copiar e integrar software que han desarrollado otras empresas.
El círculo vicioso se refiere a que muchas de estas empresas que ofrecen esto servicios y herramientas en la nube no tienen más remedio que integrarse con Amazon porque les permite alcanzar a una gran cantidad de clientes.
Pero si Amazon considera que el servicio es interesante o destacado, no dudará en copiarlo para ofrecerlo como propio, dejando virtualmente al desarrollador original sin clientes o con un grupo reducido de los mismos.
Dice el artículo: “By lifting other people’s innovations, trying to poach their engineers and profiting off what they made, Amazon is choking off the growth of would-be competitors and forcing them to reorient how they do business, the companies said.”
“Al apropiarse de las innovaciones de otros, intentar captar a sus ingenieros y beneficiarse de lo que han hecho, Amazon está colapsando el crecimiento de empresas que podrían convertirse en competidores y obligándoles a reorientar cómo hacen negocios, dicen las propias empresas”
Un dato del que muchas veces no somos conscientes, y que explica el nivel de poder que Amazon puede ejercer para romper cualquier iniciativa que le haga sombra, es que su negocio de servidores y servicios en la nube es el mayor del mercado, alrededor del triple del de Microsoft, su competidor más cercano. AWS tiene el 40% del mercado de servidores en la nube.
Tanto en el comercio minorista como en los servicios en la nube, Amazon ofrece muchos motivos para ser temida.