Por mucho que lo odies, el correo está para quedarse. Adobe ha encargado una encuesta entre 400 trabajadores sobre el uso del correo electrónico y a nivel de empresa y negocios, el correo electrónico sigue siendo el rey, por encima de otros métodos de comunicación. Sin embargo, el correo electrónico no ha cambiado mucho a lo largo de los años.
De hecho, en toda la vida útil y práctica del correo solo ha habido dos novedades diferenciales que han afectado al usuario como para modificar el comportamiento de uso del correo electróni co: el protocolo IMAP y las reglas de correo en el servidor o el cliente de correo para organizar el mismo. Otras características como el acuse de recibo o el acuse de lectura, aunque muy interesantes y bienvenidas, no están disponibles en todos los clientes y servicios.
Todo lo demás han sido intentos vanos de organizar el correo electrónico sin la intervención del usuario con poco o nulo efecto. Para huir adelante, se han mezclado diferentes aplicaciones con el correo electrónico, intentando darle valor al cliente en sí como gestión de calendarios y citas, e incluso lectores de RSS e integración con adjuntos en la nube.
El problema de la gestión del correo electrónico es, al final, el propio usuario y sus políticas de uso. Así, se han establecido mucho métodos para la gestión efectiva del correo electrónico con el objetivo de llegar al famoso «inbox cero» que es el Santo Grial de los gurú de la productividad, pero al final son decisiones que el usuario debe tomar, tiempo que debe invertir, trabajo que tiene que hacer, porque el propio cliente puede ayudar, pero no responder el correo por nosotros.
Esa es la cuestión, al final, mantener la política de buzón cero que no siempre es tan fácil como parece. Pero hay gente que hace cosas interesantes al respecto. Por ejemplo, Spark, el ciente de correo de Readdle para el iPhone (y en un futuro para el iPad y el Mac) ofrece una solución sencilla de tres puntos para responder correo: respuestas preprogramadas con un «Like, Smile y Thanks» que permiten eliminar las interacciones finales de una cadena de correo que se está eternizando. Este tipo de interacciones facilita notablemente la gestión de mucho correo electrónico. De hecho, esta característica ha tenido tanto éxito que en futuras actualizaciones se podrán crear respuestas rápidas personalizadas además de aumentar el catálogo de las ya existentes.
Pero este tipo de extras son mínimos comparativamente con la gran tarea que hay que realizar para remodelar lo que significa la gestión de correo electrónico de una forma más eficaz. No es una cuestión de interfaz o de usabilidad como muchas aplicaciones prometen, el problema es que hay que encontrar formas de interactuar con el correo de forma rápida y esto no es siempre posible debido a que a veces contestar un correo requiere mucho trabajo y tiempo.
Así que cuando te vuelvan a vender la próxima revolución del correo electrónico si esta se refiere a la usabilidad, interfaz, es posible que puedas responder correos electrónicos más deprisa, pero eso no garantiza que lo vayas a hacer. Cualquier revolución pasa por facilitar al usuario la posibilidad de construir información sin esfuerzo para que las políticas de inbox cero sean efectivas, y eso, desgraciadamente, no ocurre siempre.
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