La situación de Apple en China cada vez es peor

Es ya demasiado evidente que el gobierno chino está buscándole la vuelta a Apple en ese país.

Tras el escándalo de los tweets “promocionados” durante un programa de televisión en el que se acusaba a Apple de no respetar una política de garantía justa en un evidente sabotaje mediático le siguió una vigorosa campaña en la prensa del estado atacando a Apple para terminar, al menos de momento, con una solicitud de la Asociación de Consumo China de una disculpa oficial por los términos en los que Apple está gestionando la garantía en ese país.

Básicamente, de lo que se acusa a Apple es de entregar una unidad reacondicionada a los usuarios que se acogen a la garantía por un problema con sus iPhone. Las unidades reacondicionadas son dispositivos “kilómetro cero”, terminales que han sufrido alguna avería y han sido reparados por la compañía.

Apple niega estos términos y se ha defendido con unas (escuetas) declaraciones en las que indica que las garantías que ofrece la compañía de Cupertino en China son similares a las que ofrece en otros países y en algunos casos, superan con mucho la propia legislación China.

¿Qué busca el gobierno chino?

Esta es una de esas situaciones en las que hay múltiples teorías que explican lo que está ocurriendo y que se pueden escalar como parte de decisiones geopolíticas mucho más amplias y complejas. Para empezar, en el escalón más bajo, está la política proteccionista de China al respecto de sus productos.

En la actual situación, Apple (y otras empresas de tecnología) están gastando millones de dólares en China con la fabricación de sus dispositivos. Esto supone para el gobierno chino una enorme entrada de dinero fresco que apuntala su creciente economía. Sin embargo, la venta de esos mismos productos que fabrica en su país desequilibra esta balanza porque parte de ese dinero (si no es todo o más) se vuelve a ir fuera de China en forma de beneficios por el producto manufacturado vendido. Cuando esta balanza es favorable al gobierno Chino, todo va como la seda, pero cuando se desequilibra en su contra, automáticamente empieza a hacer presión en su lado para que siempre le sea favorable.

En la situación actual, y con la popularidad de los dispositivos de Apple en China (y especialmente y cada vez más, en aquella fracción de la población que calla, pero no está de acuerdo con las políticas gubernamentales), el gobierno ha dado los primeros toques para equilibrar esa balanza atacando directamente a Apple. Pero evidentemente estos son los primeros pasos y muy posiblemente en los próximos días se produzcan noticias sobre la presión directa o indirecta del gobierno chino sobre los proveedores de Apple, empezando por Foxconn. Y cuando hablamos de presiones indirectas estas podrían ser huelgas de trabajadores “patrocinadas” u otras situaciones de este tipo.

Por otra parte, los movimientos del gobierno chino son también una maniobra de respuesta ante el bloqueo de la venta de equipamiento de redes de dos compañías chinas, Huawei y ZTE, en Estados Unidos. Ambas compañías han sido acusadas de vender este tipo de equipamiento con puertas traseras que permitirían espiar a las empresas u organismos gubernamentales que instalaran este hardware. No hay una evidencia directa de estas acusaciones, pero el bloqueo sigue impuesto. La contestación de China a este respecto bien podría ser este inicio de presión sobre Apple, posiblemente la compañía norteamericana con mayor volumen de negocio en China.

China también puede estar buscando sofocar la economía de Corea de Sur atacando a los clientes más importantes de las compañías de este país. Corea del Sur, a pesar de su tamaño, es la tercera potencia económica asiática y en la actual situación de crisis supone un muy duro competidor para China en algunos mercados claves como son la electrónica, pero también en la fabricación de coches y maquinaria pesada. La delicada situación política entre las dos Coreas puede causar estragos en la economía de Corea del Sur si al final se produce un enfrentamiento bélico aunque sea de escala limitada, y de hecho, fuentes de faq-mac han podido confirmar que algunas compañías coreanas del entorno tecnológico están desplazando sus estructuras de mando y gestión a Estados Unidos ante una contingencia de este tipo. En el entorno de la electrónica Corea del Sur tiene tres grandes: LG, Samsung y el fabricante de memoria Hynix, amos tres proveedores de Apple además de otras muchas empresas que son competencia directa de la más que emergente economía china.

En el caso de que China estuviera realmente interesada en sofocar la economía de Corea del Sur, ante una escalada bélica adoptaría el papel del “Perro del Hortelano”, tratando de evitar la intervención de terceros y conteniendo el conflicto dentro de unos límites aceptables para su economía dentro del entramado geopolítica asiático.

Apple, por su parte, ha tomado buena nota de esta situación y está buscando activamente otros mercados en el caso de que su situación en China se complique: la fuerte presión que está realizando en la India muestra que no está excesivamente segura de que su posición en el gigante asiático va a ser tan cómoda como lo ha sido hasta ahora.