La compañía Proview ha obtenido una pequeña victoria legal sobre la marca iPad en China al obtener una resolución a su favor en un juzgado de primera instancia en Huizhou que le permitiría bloquear la venta del iPad en el gigante asiático.
Associated Press cita las declaraciones hechas por el abogado de Proview, Xie Xianghui en las que se indica que la compañía, basándose en la decisión judicial, puede bloquear la venta del iPad en la provincia de Guangdong, aunque Apple ha apelado esta decisión. Proview ha presentado demandas en numerosos juzgados e intenta bloquear las ventas del iPad en al menos 40 ciudades chinas. Sin embargo, comentarios hechos por funcionarios del país reafirman lo complejo de llevar a la práctica la prohibición de la venta del iPad a lo largo de todo el país debido a la popularidad del dispositivo.
Para complicar la situación aún mas, Apple dispone de una decisión judicial a su favor del tribunal superior de Honk kong, que reconoce que la compañía de Cupertino había licenciado de forma legal el uso del término iPad. El meollo de toda esta situación es cómo Apple licenció el término iPad a la compañía, a través de una subsidiaria de Proview en Taiwan y cómo esta compañía está tratando de embrollar la adquisición del uso del término para conseguir los 38 millones de dólares que reclama a Apple (además de una disculpa oficial) por el uso del término. Proview acusa además a Apple de usar a la compañía británica especializada en protección de la propiedad intelectual Application Development, empresa que Apple utiliza con frecuencia para gestionar sus marcas comerciales a lo largo de todo el mundo.
La factoría central de Proview en GuangDong. Se cae a pedazos.
38 millones de dólares para Apple supone, por otra parte, una propina, sobre todo por los inmensos beneficios que puede obtener con la venta del iPad en China debido a la gran popularidad del dispositivo, especialmente además cuando está actualmente trabajando en la que será la siguiente generación del dispositivo. Sin embargo, pagar esta minucia daría alas a otras empresas para pensar que es factible poder arañar algunos millones a Apple con demandas que en muchas ocasiones llegan a lo histriónico pasando a veces por lo demencial.
En términos prácticos, Apple debería pagar a Proview y quitarse de encima una molestia que le impide la comercialización de su producto-ariete en el mercado asiático. En términos tácticos, y como se suele decir, Roma no paga traidores o Estados Unidos no negocia con Terroristas, como frases arquetípicas de este tipo de situaciones. En todo caso, Apple no debe en ningún momento permitir que se interrumpa de forma severa la venta del iPad en China ya que no solo afectará a su cuenta de resultados, sino también al miedo patológico de los inversores en Bolsa que juegan con su dinero como si fuera un arma cargada en busca de beneficios.
