Comprender lo que miran unos ojos y la manera en que se mueven es un objetivo de la tecnología de cara al diseño de interfaces entre humanos y máquinas, puesto que daría lugar a múltiples aplicaciones de tecnología punta.
Hoy en día existen numerosos sistemas y servicios de alta tecnología que están fundamentados en el reconocimiento de las acciones y el comportamiento de los humanos. La automatización y la inteligencia artificial dependen cada vez más de la interacción entre humanos y máquinas, y por ello reviste importancia dar impulso a esta disciplina y aprovechar su inmenso potencial. Un aspecto de interés especial es la comprensión de los movimientos oculares (es decir, dónde mira un individuo, qué mira y de qué forma mira) y lograr que máquinas inteligentes reaccionen conforme a esos estímulos.
El proyecto financiado con fondos europeos MARIE («Reconocimiento de la actividad multimodal para entornos interactivos») se dedicó a avanzar la tecnología de reconocimiento de la actividad del ojo humano. Basándose en los patrones de movimiento ocular, consiguieron registrar la actividad del usuario y su intención y diseñaron una metodología nueva para evaluar la eficacia en el reconocimiento de actividades. Esto incluye clasificar los movimientos oculares correspondientes a cada actividad y la definición de secuencias de movimientos.
Las entidades asociadas al proyecto desarrollaron y evaluaron algoritmos destinados a calcular distintos movimientos y señales oculares, incluidos la fijación de los ojos y el parpadeo, en diversos contextos y situaciones. Se logró distinguir entre movimientos oculares diferentes al copiar un texto, leer un periódico, tomar notas, ver una secuencia de vídeo y navegar por Internet. Los investigadores consiguieron también detectar cuándo los individuos analizados leían algo estando en movimiento, por ejemplo al caminar o estando montado en un vehículo.
El equipo del proyecto ha publicado los resultados de su trabajo, incluida una base de datos de movimientos oculares que está a disposición de otros investigadores. También se han publicado varios otros conjuntos de resultados sobre este tema, en el que han colaborado varios investigadores. Todos ellos se han difundido por distintos medios y gozaron de una acogida positiva en la comunidad científica, lo que pone de manifiesto las grandes posibilidades del reconocimiento de la actividad ocular.
Asimismo, el equipo de MARIE diseñó un sistema exhaustivo de evaluación que incluye la comparación de datos y la puntuación de errores y que allana el camino hacia la obtención futura de resultados más precisos y aplicables. Este trabajo solventó varias de las deficiencias existentes anteriormente en la manera en que los investigadores medían y evaluaban sus progresos en este ámbito. Gracias a la colaboración entre más de treinta científicos destacados en este campo, por medio de este proyecto se pudo definir también las líneas de trabajo para el futuro. Esta tecnología plantea repercusiones de gran calado en muchos campos de tecnología puntera y podría encontrar aplicación de múltiples formas en los ámbitos de la seguridad, la medicina, el transporte y un largo etcétera.
Fuente: Cordis
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