En abril le tocó a Apple. Ahora es el turno Microsoft. Elie Bursztein, estudiante de seguridad informática de la Universidad Stanford, se propuso sacar de teléfonos y portátiles con Windows el archivo con la localización de los mismos y después creó una aplicación que los refleja en un mapa. Según este experto, la ubicación de los usuarios de los dispositivos está en una base de datos accesible sin contraseñas y con acceso ilimitado.
Microsoft le quita importancia a este descubrimiento. Más información en EL País
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