Una mutación que aumenta la impulsividad

Un equipo de investigadores ha identificado un gen asociado a un alto nivel de impulsividad en el comportamiento, especialmente tras el consumo de alcohol. El descubrimiento arroja luz sobre las causas subyacentes a la impulsividad y podría desembocar en el desarrollo de métodos novedosos para el diagnóstico y tratamiento de trastornos caracterizados por una conducta impulsiva.

El estudio, financiado parcialmente por la UE, se ha publicado en Nature.

El comportamiento impulsivo, definido como el hecho de actuar sin prever o considerar las consecuencias, es un rasgo distintivo de numerosos trastornos, incluyendo la agresividad, la adicción, el trastorno de déficit de atención/hiperactividad (TDAH), el trastorno de personalidad antisocial y el suicidio. La tendencia hacia la impulsividad no siempre es negativa; cuando se requiere la toma rápida de decisiones o cuando el incumplimiento de plazos puede provocar la pérdida de oportunidades, puede ser una ventaja.

En el estudio, científicos de Finlandia, Francia y Estados Unidos estudiaron a criminales finlandeses que habían cometido crímenes extremadamente violentos, de forma espontánea y sin motivo.

“Realizamos este estudio en Finlandia debido a la genética médica e historia específicas de su población”, explica el autor principal de la publicación, el doctor David Goldman del Instituto Nacional de Abuso del Alcohol y Alcoholismo (NIAAA), perteneciente a los Institutos nacionales de salud (NIH) de los Estados Unidos.

“Los finlandeses actuales descienden de un número relativamente reducido de colonos, lo cual ha reducido la complejidad genética de las enfermedades en su país. El estudio de la genética de los autores de crímenes violentos en Finlandia aumentaba nuestras probabilidades de identificar genes que influyesen en el comportamiento impulsivo.”

El equipo comparó el ADN (ácido desoxirribonucleico) de 96 delincuentes violentos con el ADN del mismo número de finlandeses sanos no impulsivos. El análisis reveló que los delincuentes tenían tres veces más probabilidades que los sujetos de control de presentar una mutación en un gen llamado HTR2B, un gen receptor de la serotonina en el cerebro. La serotonina es una molécula que participa en diversos comportamientos, incluida la impulsividad.

Sin embargo, los investigadores señalan que la mutación por sí sola no es suficiente para provocar que un individuo cometa actos impulsivos; el alcohol también es un elemento clave de la ecuación.

“Los portadores de la variante del HTR2B que habían cometido delitos impulsivos eran hombres y todos ellos se volvieron violentos únicamente tras embriagarse, lo cual ya por sí solo produce desinhibición en el comportamiento”, comenta el doctor Goldman.

Los diecisiete delincuentes violentos que portaban la mutación habían cometido una media de cinco delitos violentos, tales como homicidio, intento de asesinato, incendio provocado, agresión y ataque. Alrededor del 94 % de dichos delitos se cometieron mientras el autor estaba ebrio y la mayoría fueron reacciones desproporcionadas a pequeñas contrariedades. Los delitos no fueron premeditados y los autores no obtuvieron ningún beneficio económico con sus actos. Algunos miembros de las familias de los delincuentes también portan el gen y sufren trastornos psiquiátricos, por ejemplo de personalidad antisocial.

La mutación que se acaba de descubrir parece ser exclusiva a la población finlandesa. No obstante, la importancia de las conclusiones del estudio es más amplia, puesto que pueden conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para trastornos que impliquen una conducta impulsiva. Cabe destacar que los investigadores advierten de que la impulsividad es una cuestión compleja que abarca numerosos factores genéticos y ambientales.

Para profundizar en el estudio del gen, el equipo estudió a ratones a los que se había bloqueado el gen HTR2B. Estos animales resultaron ser extremadamente impulsivos y el equipo está investigando actualmente la relación entre el consumo de alcohol y el gen.

“El descubrimiento de una variante genética que predice un comportamiento impulsivo en determinadas condiciones en una población humana puede tener implicaciones mucho más amplias,” afirma el Director en funciones del NIAAA Kennet Warren, que no participó en la investigación. “La relación con la intoxicación por alcohol resulta interesante, dado que en las adicciones y otros comportamientos se considera importante la supuesta implicación de una ruta de los neurotransmisores.”

Para más información: Institutos nacionales de salud (NIH) y Nature. Fuente: Cordis

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