Una nueva investigación financiada con fondos comunitarios sugiere que un aumento de la capacidad cerebral permitió a los humanos de la Edad de Piedra fabricar herramientas de mayor complejidad. El equipo explica en un artículo publicado en la revista PLoS ONE que llegaron a esta conclusión tras el estudio de un proceso de talla lítica experimental.
El apoyo comunitario a la investigación procedió de HANDTOMOUTH («De la mano a la boca: un marco para el estudio de registros arqueológicos y fósiles de la evolución cognitiva humana»), financiado con 1,1 millones de euros mediante la actividad transversal «Ciencias y tecnologías nuevas y emergentes» (NEST) del Sexto Programa Marco (6PM).
Los humanos que vivieron al principio del Paleolítico Inferior, hace unos 2,6 millones de años, construían herramientas de piedra bastante básicas mediante percusión de un trozo de sílex con otra piedra para obtener lascas afiladas. No obstante, hasta hace 500.000 años nuestros antepasados no lograron crear hachas de mano de gran tamaño con forma de lágrima que permitieran usos más variados que las lascas iniciales.
Una de las cuestiones que ha despertado la curiosidad de los científicos durante mucho tiempo es por qué tardaron nuestros antepasados dos millones de años en pasar de lascas afiladas simples a la fabricación de bifaces más complejos. Algunos científicos han sugerido que los humanos más antiguos carecían de las habilidades motoras necesarias para producir un bifaz, mientras que otros han propuesto que a principios del Paleolítico inferior el cerebro humano no poseía un grado de desarrollo adecuado para idear formas nuevas y más complicadas de trabajar el sílex y generar herramientas más complejas.
Este estudio reunió a neurocientíficos, arqueólogos, antropólogos y talladores de sílex de Suecia, Reino Unido y Estados Unidos para llegar al fondo de la cuestión. Una pieza clave de la investigación fue el profesor Bruce Bradley, arqueólogo experimental de la Universidad de Exeter (Reino Unido) especializado en el arte de la talla lítica de sílex.
Con un guante equipado con sensores electrónicos para registrar los movimientos de sus manos y brazos, el profesor Bradley se encargó de hacer lascas simples afiladas y bifaces más complejos. Mediante la comparación de los movimientos realizados en la fabricación de los dos tipos de herramientas el equipo pudo determinar la necesidad o no de poseer una capacidad motora especial para tallar las hachas.
«Descubrimos que las técnicas de fabricación de lascas y hachas precisa el mismo tipo de destreza en las manos y los brazos», indicó el profesor Bradley. «Esto nos permitió eliminar las capacidades motoras como factor principal que permite el desarrollo de herramientas.»
En otras palabras, la evolución del cerebro humano es lo que permitió a los humanos prehistóricos la creación de herramientas más complejas. El equipo también sugiere que el aumento en la producción de bifaces pudo coincidir con el desarrollo del lenguaje. Distintos estudios de imagen cerebral han demostrado que algunas partes del cerebro implicadas en la creación de herramientas son también básicas para la capacidad lingüística.
«El progreso de la fabricación de herramientas de piedra muy primitivas hasta imponentes bifaces supuso un salto tecnológico enorme de nuestros antepasados humanos. El bifaz era una herramienta más útil para la defensa, la caza y las tareas diarias», comentó el autor principal del estudio, el Dr. Aldo Faisal del Imperial College de Londres (Reino Unido).
«Nuestro estudio refuerza la idea de que la fabricación de herramientas y el lenguaje evolucionaron al mismo tiempo, ya que ambos precisaron de una capacidad de pensamiento más complejo. Esto convierte al periodo final del Paleolítico Inferior un momento clave de nuestra historia. Tras este periodo los humanos primitivos abandonaron África y comenzaron a colonizar otras partes del mundo.»
El equipo tiene planeado en un futuro utilizar el mismo sistema en el estudio del desarrollo cerebral neandertal mediante la investigación de las técnicas de tallado utilizadas en Eurasia hace entre 150.000 y 35.000 años.
Para más información: Imperial College de Londres, Universidad de Exeter, PLoS ONE. Para consultar la ficha del proyecto HANDTOMOUTH en CORDIS
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.