iPod: cuando un producto se convierte en icono popular

La señalética es la actividad (ciencia, si alguien quiere elevar el término) que identifica ciertas acciones comunes para todo el mundo con un icono o pictograma que todo el mundo puede identificar. Hay muchos de estos pictogramas que son universales y están estandarizados de forma que todo el mundo puede comprenderlos, tanto en su forma como tamaño y colores: las señales de tráfico son un ejemplo, las advertencias de salida de emergencia son otro, pero hay muchas mas. Generalmente todos estos pictogramas están definidos por agencias internacionales que establecen un estándar para todo el mundo de forma que cualquier persona del planeta, independientemente de su idioma, es capaz de identificar estos grafismos y atribuirles un valor específico.

Pero, ¿qué ocurre cuando un producto que puede definirse como privado trasciende de su diseño para convertirse en uno de estos símbolos?, ¿Hasta dónde llega la propiedad intelectual de la empresa que lo posee cuando es utilizado de forma ubícua para representar una acción popular?.

El iPod es uno de estos objetos. Su popularidad durante los últimos años ha convertido su diseño en un objeto popular, y sobre todo, público. La simplicidad de su representación (un rectángulo con un círculo descentrado) es la imagen de un reproductor personal de audio y es común ver la imagen del iPod Classic para señalar que está (o no está) permitido el uso de reproductores de audio, entre otras acciones.

La señalética es una actividad perteneciente al diseño gráfico que estudia y desarrolla un sistema de comunicación visual sintetizado en un conjunto de señales o símbolos que cumplen la función de guiar, orientar u organizar a una persona o conjunto de personas en aquellos puntos del espacio que planteen dilemas de comportamiento, como por ejemplo dentro de una gran superficie (centros comerciales, fábricas, polígonos industriales, parques tecnológicos, aeropuertos, etcétera). Más en Wikipedia

La historia del iPod es la de un producto de éxito: aunque no ha inventado la industria de la música portátil personal (mérito que podría atribuirse al walkman de Sony), si ha sido capaz de reinventar el concepto de la empresa japonesa y elevarlo a niveles de éxito que la marca nipona no pudo obtener, incluso en la mejor época del dispositivo.

Apple ha jugado durante todos estos años con el iPod como un icono representativo de la marca, y su efecto “halo” sigue manteniéndose a pesar de que durante los últimos años ha perdido cierto músculo por diferentes causas: desde la canibalización por parte de otros dispositivos como el iPhone a la crisis económica que ha situado al dispositivo de Apple en un escalón diferente en la escala de valores de sus clientes potenciales.

Independientemente de esta circunstancia, la popularidad del iPod, pasada o actual, se ha filtrado en todos los estratos de nuestra sociedad y su diseño característico identifica una acción social común: escuchar música de forma privada. Y esta acción, común en nuestros días, necesita ser identificada de forma que todo el mundo la comprenda más allá de tener que usar texto en un idioma que no todo el mundo puede comprender. Y la simplicidad de la representación del iPod, junto con la facilidad de reconocimiento de su diseño lo convierte en un icono, en un pictograma, en algo que trasciende de la propiedad intelectual e la compañía de Cupertino para convertirse en un elemento popular.

Jonathan Ive, el padre del iPod

Jonathan Paul Ive, nacido en febrero de 1967, es un diseñador británico y el vicepresidente de diseño industrial en Apple Inc. Es internacionalmente reconocido como el diseñador principal de los iMac G3, iMac G4, iMac de aluminio, titanio y PowerBook, MacBook, MacBook Pro Unibody , el iPod y el iPhone.

Nacido en Chingford, Londres. Fue criado por su padre, maestro y asistió a Chingford Foundation School y luego pasó a asistir a Walton High School, en Staffordshire. Posteriormente estudió Diseño Industrial en la Universidad de Northumbria (el Politécnico de Newcastle en el momento).

Después de un corto tiempo en la agencia de diseño de Londres Mandarina, se trasladó a los Estados Unidos en 1992 para seguir su carrera en Apple Inc. Se ganó su puesto de trabajo actual a la vuelta de Steve Jobs en 1997, y desde entonces ha dirigido el equipo de Diseño Industrial responsable de la mayoría de los productos hardware importantes de la compañía. (wikipedia)

La popularidad del reproductor de Apple, propiciada por años de elección y preferencia por parte del público ha convertido el diseño del iPod en un elemento que es frecuentemente copiado por otros fabricantes (que incluso “clonan” su aspecto en busca de confundir al cliente): es fácil ver copias “de todo a 100” del reproductor de Apple y muchos fabricantes crean sus diseños con aspectos y funcionalidades que simulan el funcionamiento del “estándar” establecido por Cupertino: Pantalla, elemento de control en forma de rueda y botones en el marco del dispositivo, la menor cantidad de ellos posibles.

La popularidad del diseño de Jonathan Ive, que ha saltado desde los secretos laboratorios de Apple a la memoria popular de la gente, llega a un punto donde la propiedad intelectual de Apple empieza a ser difusa … e incluso se borra. Y la compañía de Cupertino lo sabe y de forma general permite un uso “liberal” de la simplicidad del diseño del iPod para representar el uso (y abuso) de la música personal, aunque en otras ocasiones, hace un alto para obligar a un fabricante a que deje de fabricar un producto que busca aprovecharse del ubícuo diseño del iPod para su propio beneficio.

El último caso, muy curioso y comentado en macnews.de, corresponde a un fabricante de vajilla. En Alemania, el equipo legal de Apple ha enviado una carta de “Cease and Desist” (cesar y desistir) a la empresa Koizol que vende (vendía) una bandeja específica para el consumo de huevos pasados por agua. Aunque el consumo de huevos precocidos no es muy habitual en España, si lo es en el resto del mundo. La empresa, aprovechando el tirón del diseño del iPod, creo el iPott, una bandeja de plástico en la que podía, aprovechando el hueco de la ruleta, colocarse un huevo.

Según la acción judicial iniciada por Apple en el país del fabricante, la empresa podría tener que pagar hasta 250.000 euros si no modifica el nombre y embalaje del producto. Aunque Kolizol podría apelar la decisión judicial, no lo hará y efectivamente modificará el nombre y el embalaje del producto.

Pero este es un caso particular y es evidente que la compañía de Cupertino no va a entrar en cada uno de los casos en los que, por usabilidad o por cualquier motivo, se mimifica el aspecto del iPod o su marca comercial para aprovechar la imagen del dispositivo. la lista de demandas sería interminable y las batallas judiciales se extenderían a lo largo de años y años.

El iPod no es el único producto de Apple que se ha convertido en un icono popular: el iPhone, con su aspecto simple, comienza a ser usado como icono de teléfono móvil inteligente y es muy habitual ver, sobre todo en centros comerciales, grandes mupis con pantallas verticales que arrancan una sonrisa a los mas fans de la marca. Con un nombre de los mas Apple, el iWall es otro ejemplo de como trasciende la iconografía de Apple para apoyar iniciativas publicitarias y de marketing de todo tipo.

Apple debería considerar crear un tipo de licencia específica para los diseños de sus dispositivos de forma que fuera posible usar, basándose en líneas generales, permitir el uso de la iconografía de sus productos para ciertas actividades o usos públicos: quizás no de forma comercial, pero si a efectos informativos con una licencia abierta que convertiría a os dispositivos de Apple, a efectos “señaléticos” en los emblemas del día a día del público en general.