La gestión de color puede ser un círculo cerrado, desde la toma o adquisición de la imagen pasando por la visualización en el monitor y llegando hasta la copia impresa. La creación de un flujo de trabajo completo empieza creando un perfil de color en la toma, por lo que debemos empezar preparando la iluminación.
Para incluir la captura en el proceso deberemos realizar un perfil de color a partir de una fotografía de una carta de color en las condiciones de luz que tenga la sesión a realizar. No sirviendo el resultado si cambiamos de escena o de tipo de luz.
Debemos cuidar mucho la iluminación, ya que es muy importante que sea uniforme en toda la superficie de la carta de color, para conseguir un perfil preciso de las condiciones de luz de la sesión actual. Si la luz no es uniforme daremos una falsa información de densidades, que el software de perfilado interpretará erróneamente.
También hay que tener en cuenta que solo podemos trabajar con un solo tipo de luz, ya que si trabajamos con luz cruzada (ejemplo: flash + tungsteno) los resultados no serán fiables. En cuyo caso es mejor realizar el perfilado escogiendo la luz principal y apagando la otra fuente de luz. Una vez tengamos la foto para realizar el perfil, podemos añadir las otras luces de distinta temperatura de color.
Pasos a seguir
Colocar la carta de color en la escena. Es recomendable incluir una escala de grises para evaluar si la toma está correctamente expuesta en sus valores más extremos. Aquí puede usarse la carta de QP Card.
Con una plantilla podremos crear un perfil de las condiciones de luz actuales
Material necesario
Software para generar perfiles de cámara:
Tipos de plantillas para calibrar cámaras
Herramientas para hacer un buen balance de color
Un artículo de Joan Boira de su bitácora dedicada la fotografía
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