Andy Hertzfeld, ex empleado de los primerísimos tiempos de Apple, habla sobre el efecto de distorsión de la realidad de Steve Jobs: “Oficialmente empecé en el proyecto Mac un jueves en la tarde, y Bud Tribble, mi nuevo administrador y la única otra persona de software del proyecto estaba fuera de la ciudad. Bud tenía permiso del trabajo para asistir a un programa M.D. Ph.D. Y tenía que regresar ocasionalmente a Seattle para mantener su puesto en el programa.
Bud usualmente no venía a trabajar hasta después de comer, así que lo conocí por primera vez la siguiente tarde del lunes. Empezamos a hablar acerca de todo el trabajo que tenía que hacerse, que fue angustiante. Me mostró el horario oficial para desarrollar el software que teníamos que entregar en unos diez meses, a principios de enero de 1982.
“Bud, ¡estás loco!“, le dije. “Ni siquiera hemos empezado. No hay manera de que lo tengamos para entonces.”
“Ya lo sé,” respondió, en voz baja, casi un susurro.
“¿Lo sabes? Si sabes que el horario está mal, ¿por qué no lo corriges?“
“Bueno, es Steve. Steve insiste que estamos entregando a inicios de 1982, y no aceptará respuestas que digan lo contrario. La mejor manera de describir la situación es un término de Star Trek. Steve tiene un campo de distorsión de la realidad.”
“¿Un qué?“
“Un campo de distorsión de la realidad. En su presencia, la realidad es maleable. Puede convencer a cualquier de prácticamente cualquier cosa. Se retira cuando no estás con él, pero hace difícil cumplir horarios realistas. Y hay algunas cosas que deberías saber sobre trabajar con Steve.”
“¿Qué más?“
“Bueno, sólo porque te dice que algo es horrible o genial, no quiere decir necesariamente que mañana se sentirá igual. Tienes que filtrar su retroalimentación. Y luego, que raro acerca de las ideas. SI le dices una idea, usualmente te dice que la idea es estúpida. Pero luego, si realmente le gusta, exactamente una semana después, regresará y te propondrá tu idea, como si él hubiera pensado en ella.”
Pensé que Bud estaba exagerando, hasta que observé a Steve en acción en las siguientes semanas. El campo de distorsión de la realidad era una aleación de carismático estilo retórico, una voluntad indomable y una las ganas de doblar cualquier hecho para que coincidiera con el propósito requerido. Si una línea de un argumento no lograba persuadir, fácilmente se cambiaba a otra. Algunas veces, te sacaba de equilibrio al adoptar repentinamente tu posición como suya, sin reconocer en algún momento que pensaba de manera distinta.
Sorprendentemente, el campo de distorsión de la realidad era efectivo incluso cuando estabas muy consciente de él, aunque sus efectos desaparecían cuando Steve se iba. Frecuentemente discutíamos potenciales técnicas para dominarlo, pero después de un rato la mayoría de nosotros nos rendíamos, aceptándolo como una fuerza de la naturaleza.
La historia es de Folklore
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