Consiste en usar la piel de las naranjas para eliminar los tintes ácidos procedentes de fuentes industriales. Según los científicos, estos tintes, vertidos en el agua, pueden ser visibles a concentraciones tan bajas como de una parte por millón, por lo que tienen un enorme impacto tanto ecológico como estético.
En las pruebas realizadas se utilizó la piel de naranja, un derivado de la industria de la alimentación, como absorbente para la eliminación de en concreto cuatro tintes ácidos de muestras simuladas de agua contaminada. Los resultados demostraron que el tiempo de absorción depende de la concentración inicial de estos tintes y de sus estructuras químicas.
Pero, en general, en los estudios realizados a escala de laboratorio, los datos demuestran que este sistema funciona en soluciones acuosas en una amplia gama de concentraciones de tintes. Según los científicos, la piel de naranja podría ser utilizada como una fuente barata, natural y abundante de limpieza de aguas de tintes industriales, como alternativa a otros materiales más costosos utilizados con este mismo fin.
Más información en Eureka Alert