Hagamos un poco de memoria: el año empezó (en enero, como todos los años) con las expectativas por todo lo alto, con el nuevo Mac Pro, Time Capsule, MacBook Air,… incluso Steve Jobs se permitió hacer broma con todo lo que habían presentado en tan poco tiempo, y la cantidad de año que quedaba por delante.
Todos nos frotamos las manos, imaginándonos el «chorreo» de productos que iban a ir cayendo martes tras martes, de forma implacable y inalterable, acentuando aún más la presión sobre el mundo Windows y presentando la plataforma Mac de Apple como la única verdaderamente dinámica e inventiva.
En febrero se hizo la actualización de los modelos de iPhone e iPod touch, hundiendo aún más en la depresión a los fanáticos que hicieron cola para pagar 600 dólares por el teléfono de Apple, e inaugurando la lógica carrera hacia el envejecimiento de los usuarios de iPod touch -hasta ese momento a salvo. Pero fue una actualización rutinaria, de las que en el hardware se ven mes sí mes también. Nada sorprendente. También se lanzó la segunda versión de Aperture (la primera acabada, según muchos fotógrafos) y se ajustaron los precios del resto de la gama iPod. En el último suspiro del mes (el 26 de febrero) se renovaron los portátiles, con una de esas actualizaciones de hardware que antes mencionábamos.
En marzo se renuevan la base Airport Express y se lanza Final Cut Server (con un retraso sobre la fecha original considerable).
En abril, Apple actualizó los ordenadores iMac y bajó 100 euros el precio del Mac mini.
En el quinto mes del año, Mayo, no hubo novedades ni en software ni en hardware. Tan sólo anunciaron que OS X (escritorio y móvil) serían protagonistas de la WWDC (que se desarrollaría al mes siguiente). Mes en blanco, por tanto.
En Junio, mediado ya el año, llega la WWDC y el iPhone se presenta cumpliendo las expectativas de funcionalidades y dejando un sabor agridulce por su falta de mejoras en las características del hardware: ni mejor cámara, ni flash, ni vídeo, ni MMS… ni siquiera se anuncia la capacidad de copiar y pegar entre documentos. Además anuncia el tercer cambio de nombre de su suite de servicios web (primero iTools, luego .Mac y ahora MobileMe) y un nuevo pliego de intenciones. Aparte de los servicios que se integran con el teléfono móvil, no hay novedades para los sufridos paganos del servicio. Los usuarios del iPod touch tendrán que pagar alrededor de 10 € para actualizar el software de su dispositivo.
Y eso es lo que ha dado de si el año hasta el momento. Esta semana es el lanzamiento mundial (la primera oleada) del iPhone y no cabe duda que el resto del mes estará lleno de análisis, comentarios y cifras espectaculares sobre el éxito del dispositivo.
Agosto es más que probable que tenga poca o nula significación en términos de actualizaciones o novedades.
Y llegamos a Septiembre, mes nueve del año y último cuatrimestre para «abrumarnos» con novedades.
De esta forma, cuando vemos la actividad que ha desarrollado Apple a lo largo de este año, no podemos evitar pensar que está muy sobrevalorado, y que la cantidad de publicidad y capacidad mediática que disfruta la empresa de la manzana mordida es excesiva para sus méritos (si es que tal cosa es posible). Parece evidente que está recogiendo los frutos de lo sembrado hasta ahora, pero no parece que esté plantando activamente para seguir pareciendo el líder innovador y carismático que hace que el resto de los competidores parezcan unos palurdos sin hervir.
Si además nos fijamos en las noticias (aviso al mercado, se llamaría en otros ámbitos) sobre la falta de características comerciales (vendibles) de la próxima versión de Mac OS X (Snow Leopard), uno no puede evitar la sensación de que Apple, cansada de tanto correr, jadeando y puede que incluso un poco falta de ideas, se esté tomando un descanso -después de las innegables palizas a las que se han sometido- para coger algo más de fuelle.
En su favor hay que decir que su competencia, efectivamente, parece formada por palurdos a medio cocer, con una Microsoft enredada en tortazos ineficaces con Yahoo (como si no tuviera bastantes problemas dentro), los fabricantes de reproductores multimedia (¿aún queda alguno?) desaparecidos en combate y los fabricantes de móviles (mis aparatos no tienen pantalla táctil, pero se pueden «sentir y tocar», que es casi lo mismo) corriendo en círculos para ponerse inevitablemente debajo de la sombra que proyecta el iPhone 3G -que sin duda les va a caer encima.
Vale, Apple, aceptamos 2008 como «año de trabajo incansable», pero no pienses que no nos damos cuenta de que te estás tomando un refresco… de manzana, eso sí.
Me hace gracia que siempre estemos criticando y alabando a Apple dependiendo de las fechas en las que nos encontremos.
Hace un año todo el mundo criticaba a Apple porque el iPhone sólo se vendía en USA y el terminal carecía de conexión 3G, también se criticaba mucho el mal funcionamiento de .Mac y la escasa calidad precio que tenía. Ya ha pasado un año y ya tenemos iPhone en todo el mundo con 3G y MobileMe, también tenemos Leopard que funciona a las mil maravillas y probablemente nuevos MacBook y MacBook Pro después del verano. No entiendo como podemos caer de nuevo en las críticas hacia Apple, porque realmente lleva un ritmo de producción e innovación que muchas otras compañías ya quisieran.
No me cabe la menor duda de que pronto el iPhone será libre y todo el mundo podrá permitirse comprar uno, como sucede actualmente con el iPod. Tampoco me cabe duda de que Snow Leopard será una gozada, de que tendremos nuevos portátiles, de que renovarán el MacMini y las Cinema Display. Todo se irá sucediendo poco a poco mientras Apple mantenga su ritmo.
Es lógico cabrearse cuando uno se hace ilusiones y luego no se hacen realidad sus predicciones, pero al final todo llega, tarde o temprano todo llega. Yo personalmente llevo esperando las pelis y programas de TV en iTunes desde tiempo inmemorial, y confío en que las productoras y Apple algún día se pongan de acuerdo, creo que algún día llegará.
Por un granaino maquero.
Totalmente de acuerdo con Sinesby. El pataleo y la rabieta, haga lo que haga Apple, es ya un clásico. Si lanza un OS cada 18 meses, la gente le pide que lo optimice y lo pula. Si lo hace, la gente le pide que le añada cosas. Creo que hay que valorar en su justa medida lo que Apple está haciendo con los recursos que tiene. Entrar en la telefonía móvil con un aparato como el iPhone no es una tarea pequeña y, probablemente, ha llevado a la compañía al límite de su capacidad de generar nuevos productos. Pero lo que empieza mañana (la posibilidad de distribuir aplicaciones de terceros para la plataforma) es una novedad que, quizás, no sea muy mediática, pero que estratégicamente tiene un potencial enorme, tan enorme como el que tuvo en su día la ITMS.
Con Apple siempre falta visión histórica y perspectiva. Hace poco más de 10 años, a Apple le quedaban 3 telediarios y nadie, nadie (quizás ni el propio Jobs) sabían cómo sacarla del agujero.
Tampoco entendais todo como crítica, a veces informar tiene eso, que puede parecer que estes cabreado criticando algo y todo lo contrario.