Una nueva tecnología para captar gases de efecto invernadero generados por la combustión del carbón o por la generación de energía ha sido desarrollada por ingenieros de la universidad australiana de Queensland.
En concreto, han desarrollado una membrana de nanotubos de carbono para la separación de gases que funcionará a modo de criba para separar volúmenes altos de metano y dióxido de carbono de otros gases.
Esta tecnología podría reducir significativamente la cantidad de gases de efecto invernadero que generan las plantas energéticas.
El responsable de esta investigación es el profesor de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Queensland John Zu. Según Zu, esta nueva tecnología atrapará gases en movimiento hasta 100 veces más rápido que otras técnicas de separación de gases usadas en la actualidad. Además, puede ser utilizada a gran escala, como en plantas de generación de energía.
“Las membranas convencionales, como las hechas a partir de mezclar polímeros (macromoléculas orgánicas formadas por la unión de moléculas más pequeñas llamadas monómeros) y metales presentan una relación entre cómo separan los gases y la cantidad de gases que pueden procesar”, comenta Zu en un comunicado. “Estas nuevas membranas pueden separarlos eficientemente y procesar grandes cantidades de gases, haciéndolas mejores que las membranas convencionales a gran escala para plantas energéticas de combustión de carbón o gas natural”.
La tecnología de nanotubos de carbono funciona “cribando” gases mientras pasan a través de la membrana, y puede ser aplicada a varios puntos dentro de la generación energética, desde la extracción del mineral y hasta la combustión del carburante.
Más información en Tendencias científicas