Un lejano planeta proporciona una pista sobre el destino de la Tierra

planet-v-391-pegasi-b-red-giant-expansion-dying-sun-bg.pngEn un estudio, que proporciona claves sobre el destino final de nuestro propio planeta, los astrónomos han descubierto, por primera vez, un planeta que gira alrededor de una estrella que se aproxima al final de sus días.

El estudio, que fue financiado parcialmente por la UE y reunió a científicos procedentes de doce países, ha sido publicado en la última edición de la revista Nature. La estrella en cuestión, V 391 Pegasi, se encuentra en la constelación de Pegaso y su viejo planeta de 10.000 millones de años, llamado V 391 Pegasi b, debido al nombre de su estrella, es uno de los más antiguos que se hayan encontrado jamás.

No obstante, según el director de la investigación, Roberto Silvotti, del Instituto Nacional Italiano de Astrofísica, el descubrimiento del planeta se produjo casi por casualidad. «Sabíamos que en principio podríamos encontrar un planeta, ya que normalmente se cree que alrededor del 5% de las estrellas tienen planetas, pero nuestro principal objetivo era otro: estudiar la periodicidad de la emisión de luz de V 391 Pegasi», explicó. El estudio de estas pulsaciones, que tienen periodos de varios minutos, proporciona a los astrónomos información sobre la estructura de la estrella.

Los científicos se sorprendieron al observar irregularidades en la luz del planeta que podrían ser causadas por un planeta. A lo largo de siete años, realizaron observaciones y cálculos para descartar otras posibles causas antes de llegar a la conclusión de que la irregularidad era causada, en efecto, por un planeta que, de algún modo, debe de haber sobrevivido a la fase de gigante roja de su estrella.

Es decir, cuando una estrella se queda sin combustible de hidrógeno y experimenta una enorme expansión en la que aumenta su volumen por un factor de unos cuantos millones y las capas externas de la estrella son expelidas en un «destello de helio». Durante esta fase de «gigante roja», los planetas internos suelen ser atrapados por la estrella.

«Lo emocionante de encontrar un planeta alrededor de su estrella es que ello indica que los sistemas planetarios pueden sobrevivir a la fase de gigante y al destello de helio de su estrella madre», comenta Steve Kawaler, que trabaja en la Universidad del Estado de Iowa y es uno de los autores del estudio. El hecho de que, antes de la expansión de la estrella, el planeta girara alrededor de esta a una distancia similar a la que gira la Tierra alrededor de nuestro sol, es de particular interés para los astrónomos.

Luego, ¿significa esto que nuestro planeta sobrevivirá cuando, dentro de unos cinco mil millones de años, nuestro propio sol se quede sin combustible y se convierta en una gigante roja? Los científicos no están seguros de ello.

Según el profesor Kawaler, aunque los resultados presagien un buen final para nuestro planeta Tierra, no deberíamos fiarnos de ello. «Este planeta es mayor que Júpiter», señaló. «Por lo tanto, un planeta más pequeño, como la Tierra, podría ser aún vulnerable».

«En lo que se refiere a nuestros planetas, esperamos que Mercurio y Venus desaparezcan en el cinturón solar, mientras que Marte sobreviviría», añade el Dr. Silvotti. «El destino de la Tierra está menos claro porque su posición se encuentra verdaderamente en el límite: parece más probable que la Tierra no sobreviva tampoco a la expansión de gigante roja del sol, pero no es del todo seguro».

En un artículo que acompaña a este, Jonathan Fortney, del Centro de Investigación Ames de la NASA, señala que los resultados repercuten en nuestra comprensión de los sistemas planetarios. «Si las búsquedas acerca de las estrellas pulsátiles desarrolladas, tales como las B, subenanas, y acerca de las enanas blancas, aún más antiguas y más compactas, producen más planetas, los astrónomos estarán avanzando hacia la comprensión de la forma en que la evolución afecta a la arquitectura de los sistemas planetarios», redacta. «Esto arrojará luz no sólo sobre nuestro propio Sistema Solar, en el que Mercurio, Venus y quizá la Tierra serán atrapados finalmente por la gigante roja del Sol, sino también sobre los diversos sistemas planetarios que son nuestros vecinos galácticos».

El proyecto recibió apoyo de la UE a través del proyecto HELAS (European Helio- and Asteroseismology Network) del Quinto Programa Marco, financiado en el marco de la prioridad «Infraestructuras de Investigación».

Para más información, consulte: http://www.inaf.it/ y http://www.nature.com/nature

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