Crean un papel capaz de almacenar energía

0156914.pngIngenieros del Instituto Politécnico Rensselaer han desarrollado una nueva tecnología de almacenamiento de energía que puede confundirse fácilmente con una hoja de papel. Está hecho en un 90% de celulosa, lo que permite que pueda ser enrollada, doblada y cortada sin que pierda sus propiedades energéticas. Esta característica, así como el hecho de que también funcione como condensador, abre nuevas posibilidades para alimentar los componentes electrónicos del futuro. Una de las aplicaciones más importantes, según sus creadores, sería para alimentar dispositivos artificiales implantados en nuestro cuerpo.

Investigadores del Instituto Politécnico Rensselaer han creado batería de nanoingenería a partir de celulosa. Es ligera, ultrafina, completamente flexible y puede adaptar su forma y diseño a los requerimientos de los dispositivos tecnológicos del futuro, a equipamientos médicos implantables en nuestro cuerpo o a vehículos.

Además de su capacidad para funcionar en temperaturas entre 150 grados y menos 40, este dispositivo puede ser impreso como si fuera papel. Otra de sus características es que puede funcionar al mismo tiempo como batería y como “supercondensador”. Generalmente, estos dos componentes vienen separados en la mayor parte de los sistemas eléctricos.

Su apariencia no es casual. Más del 90% de este dispositivo está hecho de celulosa, las mismas células de la planta que encontramos en cualquier tipo de papel. Esta importante presencia de papel y el hecho de que no tenga ningún elemento químico hacen sea medioambientalmente seguro.

Los investigadores de Rensselaer imbuyeron este papel con nanotubos de carbono alineados, lo que le dio la apariencia de color negro. Los nanotubos actúan como electrodos y permiten al dispositivo conducir electricidad. La batería puede proporcionar la misma potencia y duración que una pila convencional.

Asimismo, puede ser enrollada, doblada o cortada tantas veces como se quiera sin que pierda su integridad mecánica o su eficiencia. Además, es susceptible de ser apilada (como lo folios en una impresora) para que aumente su potencia total.

“Esencialmente es una hoja de papel convencional, pero está hecha de una manera muy inteligente”, uno de los autores del estudio, Robert Linhardt, en un comunicado del Instituto Politécnico Rensselaer.

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