La ciberguerra a una escala sin precedentes ha golpeado duramente los sitios web estonios durante las dos semanas pasadas después de la polémica decisión del gobierno de trasladar un monumento de guerra de la era soviética del centro de Tallin a las afueras.
Dos días de amotinamiento de la etnia rusa, que vieron esto como un ataque contra su herencia y contra los derechos de esta minoría, pasaron rápidamente del mundo real al virtual, cuando sitios web del gobierno cayeron bajo ataques de DDoS tan severos que muchas agencias cerraron el acceso a direcciones de IP de fuera de Estonia durante varios días.
El debate y sus repercusiones están bien cubiertos por Radio Free Europe, pero el aspecto de internet de la controversia tardó unos días en surgir. Un periódico de Helsinki dio algunos detalles esta semana, como hizo un artículo del Economist en la edición impresa de esta semana.
El artículo del Economist citaba a un alto funcionario en Bruselas que preguntó si un ciberataque debería ser contado como un acto militar. «Si el centro de comunicaciones del Estado miembro es atacado con un misil,» dijo la fuente, «lo llamaría un acto de guerra. Así que ¿qué haría si la misma instalación es neutralizada con un ciber ataque?» Un portavoz del ministerio de defensa de Estonia comparaba el ataque contra su país al ataque del 11 de septiembre en Estados Unidos.
Esto es porque algunos analistas y autoridades estonianas están afirmando que los ataques se originaron en Rusia, y vienen desde direcciones IP del gobierno ruso.
Fuente: ArsTechnica
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