Cuatro meses después de que el Apple Watch apareciera en la versión china de Vogue, el reloj de Apple ha hecho su primera aparición en una revista de moda norteamericana en la muñeca de la modelo Candice Swanepoel, pocas semanas antes del lanzamiento oficial del dispositivo, el próximo abril.
La revista, Self, muestra a la modelo en ropa deportiva con el reloj. En el artículo que acompaña a la fotografía no se añade nueva información sobre el dispositivo de Apple, pero es la primera vez que la versión deportiva del mismo aparece en una portada.
Hasta ahora Apple había estado promocionando activamente su reloj como un elemento de moda, pero está claro que también quiere hacer notar las características del mismo en el aspecto deportivo y de salud.
Ya dijo aquí un pavo inteligentísimo que el mercado femenino iba a ser capital para el Apple watch y que empezaríamos a verlo en las muñecas de las modelos y famosillas para que actuaran de prescriptoras.
Va a tener que hacer muchos equilibrios Apple para no defraudar a ese sector de seguidores de la marca primero por su tecnología [i]y luego[/i] por su apariencia; este segmento está esperando un nuevo productor rompedor y se puede hacer un poco cuesta arriba si acaba identificándose primariamente como un accesorio fundamentalmente femenino, con Paris Hilton y Kim Kardashian -por ejemplo- como grandes baluartes del cacharrillo.
En fin, veremos cuando lo saque en abril o cuando sea.
El Apple Watch será un producto que hablará de su precio a simple vista, sin necesidad de acercarse mucho para ver la marca o asegurarse de que no es una imitación. Todo el mundo sabrá que si es plateado y mate dira “me he gastado $400€ en este juguete sin despeinarme, porque yo lo valgo”, si es plateado y brillante, lo mismo pero con $600€ y si es dorado hablará de $6.000€.
Este tipo de productos, como el propio iPhone o el iPad, o en otros sectores los coches alemanes o los polos o jerseys con animalitos bordados, etc…, siempre han funcionado bien entre el 20% del segmento poblacional que ocupa la parte superior de la pirámide de ingresos y se ha convertido en aspiracional con posibilidades de adquisición al menos para otro 20%, aunque en un país empobrecido y saqueado como éste los porcentajes serán inferiores, del mismo modo que aquí el iPhone, por ejemplo, no tiene ni por asomo la misma cuota de mercado que en la europa civilizada o los USA.
Apple tiene esa lección bien aprendida desde el iPod, cuyo inconfundible aspecto, con aquellos auriculares blancos, reflejaba la extravagancia y el poderío de gastarse $400, del año 2001, en un “simple” reproductor de música, y más aún cuando su incompatibilidad con Windows implicaba que también se poseía un ordenador de la marca. Una vez convertido en producto aspiracional, la evidencia de que muchos usuarios no estaban por adquirir el pack completo y querían poder sincronizarlo con sus ordenadores con Windows, hizo que se abriera la compatiblidad con el resto del mercado informático de entonces.