De Apple, de adquisiciones de empresas, de poder perruno: cuento tres y me llevo uno

No hace muchos días Steve Jobs dijo en unas declaraciones que los 51.000 millones de dólares de Apple son para realizar movimientos inteligentes en el mercado. Ha faltado tiempo para que la retahíla habitual de “posibles compras de Apple” se haya disparado e incluya a compañías tan dispares como Facebook, Electronic Arts o la última: Sony. Por un momento, internet se revoluciona con un rumor de este tipo (ya nos hemos reído del mismo), se mueven millones de dólares en acciones y dentro de tres días, nadie se acordará de esta historia, pero mientras ha generado ríos de tinta electrónica, mucho tráfico y furibundos y apasionados debates que en general tienen poco sentido mas allá de esa propiedad particular que tiene mucha gente de creer que podría llevar una gran compañía mejor que su CEO, y en este caso, mejor que Steve Jobs.

Pero primero, echemos un vistazo a las últimas compras de empresas por parte de Apple en la última década:

En resumen, y excepto la compra de Power Computing que tuvo que realizar Apple para recuperar la licencia para fabricación de clónicos tras el regreso de Jobs, a partir de ese momento todo lo que ha comprado Apple ha sido tecnología, herramientas, software y servicios.

Solo hay que ver la política de Apple, una empresa con muy pocos productos, gamas muy definidas y precios premium comparados con los del mainstream de hardware del mercado para darse cuenta que esta compañía que en tamaño y personal puede considerarse pequeña, no puede (ni quiere) abordar un proyecto en el que el hardware se multiplica hasta el infinito en mil segmentos diferentes, lo que requiere un despliegue brutal tanto en desarrollo, como en soporte y personal. Porque Sony, como Microsoft, pelea en todos los campos de batalla de la electrónica con mejor o peor resultado mientras que Apple simplemente elige los suyos, mas reducidos en número pero no por ello menos rentables económicamente. La única ventaja que puede ofrecer Sony a Apple es la inmenda capacidad industrial de producir productos, pero a partir de ahí, todo son pegas para Cupertino.

Apple puede hacer muchas cosas con su dinero no directamente relacionadas con la compra de otras empresas. Puede ampliar sus instalaciones o sus Data Centers, puede abrir departamentos de investigación y desarrollo para sus productos que hagan palidecer a los de las películas de ciencia ficción pero no va a comprar empresas de hierros, porque al final, es Apple quien construye su hardware y tiene muy claro cuales son los nichos de mercado que le interesan: los que abre ella misma.

Cuando el rumor hable de la compra de una empresa con un fuerte portfolio de patentes, con una tecnología importante y disrruptiva o una innovación crítica, entonces si es el momento de enderezar las orejas y prestar mucha atención. Lo demás son fantasías para jugar con el mercado bursátil y hacer dividendos.