Disgustos clónicos

Esto más que un tutorial es un recordatorio de cómo las cosas pueden ir mal debido a las personalizaciones.

En mi caso mi Mac de escritorio es un Mac Mini de mediados de 2011 que venía con un disco duro tradicional que retiré, para cambiarlo por un SSD, nada más salir de la caja. Con OS X 10.10.4 Yosemite añadió soporte para TRIM nativo, así que simplemente lo activé y a otra cosa.

Al preparar el portátil para salir de viaje, llevar esa misma instalación resulta fácil: clone primero con SuperDuper! el segundo disco interno del Mac Mini a un disco externo USB 3.0 y luego, puse el MacBook Air en modo Target Thunderbolt, y clone el disco duro interno del Mac Mini directamente en el portátil y una vez terminado, conectas el disco duro externo (porque tengo derivado a esos discos las carpetas de los servicios de almacenamiento de archivos en la nube) y a otra cosa. Arrancas el Portátil una vez terminado el proceso, haces 4 ajustes menores y tienes un perfecto clon de todo listo para salir de viaje.

El problema llegó ya en destino, cuando de repente, al segundo día, al arrancar sale el maldito signo de prohibido tras unos segundos de barra de progreso.

Es el momento del pánico. ¿Por qué sale eso?

Haciendo memoria (porque antes de lanzarte a solucionar cualquier problema hay que pensar, mis queridos amigos), recordé que eso me había estado pasando al manipular las extensiones de kernel, aunque yo no había tocado nada en el portátil…. ¡Oh, espera! lo he heredado.

Técnicamente el disco duro del MacBook Air no necesita activar el TRIM tal como lo hice en el Mac Mini. Cuando activas el soporte TRIM para discos de terceras partes, a la carpeta de extensiones se añade una kext que hace esa gestión pero en el caso del MacBook Air, con su SSD Blade de Apple no es necesario… Así que ya sabía donde, casi con toda seguridad, había reventado el sistema. Lo curioso es que había tardado varios días en reventar, lo que hacía más complicado la detección del problema.

En estos casos la mejor opción para asegurarse es reinstalar encima en lugar de retirar desde el arranque en modo seguro la extensión de kernel que se llama AppleDataSetManagement.kext (de hecho no arrancaba ni en modo single user), más que nada porque me preocupaba que se hubiera corrompido parte del sistema. Así que tras reinstalar encima (lleva siempre contigo en los viajes una memoria USB de instalación del sistema) y revisar disco y permisos, solo quedó actualizar OS X 10.10 Yosemite a la última versión y a seguir trabajando.

Solo llevó unos 45 minutos entre una cosa u otra.

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ihsanshade
ihsanshade
8 years ago

Total, que aparte de clonar el disco del Mac de escritorio, clonar el de archivos en la nube, y llevar un USB de instalación de OS X, nada más, ¿no? ^^
No has dicho nada de copia de seguridad. ¿Verías conveniente (para viajes) particionar el disco externo para tener una copia de Time Machine, y el contenido habitual en la otra partición?

antoniojperez
Responder a  ihsanshade
8 years ago

Yo después del problemita que tuve el año pasado con el iPad y aplicar la actualización en mitad de un viaje, que se quedó en modo “ladrillo”, decidí:

a) Llevar una copia de la última versión de iOS para cada dispositivo (iPhone 4s, 5, 6+, iPad) y una copia de seguridad cifrada de cada uno de ellos
b) Aparte de USB con sistema, duplicar disco duro portátil para tener uno con copia de TimeMachine y en el otro llevar los datos de trabajo

Teniendo en cuenta que mi MB es mi oficina “móvil” no puedo arriesgarme a quedarme sin él en mi oficina vacacional (playa :D)

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