Todo cambia para seguir igual; todo viene y todo va, y al final todo permanece en el mismo sitio. Lo que ayer era malo hoy es vanguardia, lo que ayer era rompedor hoy se considera una estafa… y así van pasando las décadas.
Al final sólo cabe responder a las preguntas en términos personales:
¿Cuánto vale una cosa? Lo que yo esté dispuesto a pagar por ella.
¿Qué es arte? Aquello que me gusta.
¿Qué es bonito? Lo que me lo parece a mi.
Y no hay que darle más vueltas.