Aplicaciones como Calendario, Game Center, o Passbook, dedican buena parte del espacio disponible a intentar transmitir una cierta sensación de realidad, como el primero con su borde de cuero cosido y los restos de hojas arrancadas previamente, o el segundo con su tablero de madera y fieltro verde, o el tercero con su animación de máquina destructora de papel cuando se elimina un cupón.
¿Es necesario introducir esa (falsa) sensación de conexión con el mundo real en el interfaz informático? Parece que el equipo de Forstal piensa que sí, aunque poca gente tenga un calendario sobre su mesa con remates de cuero o nunca hayan visto una destructora de documentos en la vida real.
Sin embargo, el equipo de Jonathan Ive, fiel a sus premisas de diseño, es partidario de depurar el diseño hasta que la función prime sobre la forma.
Según se afirma (en Macrumors), se puede saber de qué equipo proviene la idea sólo viendo su aspecto estético.
¿Qué opináis? ¿Os gustan esos detalles un poco “kitsch” en el diseño?
A mi personalmente me gusta más la línea limpia y sencilla de Ive, y no los intentos de representar la realidad que pueden ser interesantes para los nuevos usuarios pero los que llevamos un tiempo aquí queremos aprovechar al máximo el ordenador y el espacio en pantalla.
A mí el skeumorfismo me pareció indigno de Apple y un paso atrás, algo así como volver al concepto de Microsoft Bob y acercarse peligrosamente al de la decoración de su automóvil que tiene un proxeneta.
Respondiendo a la pregunta de Alf: No, no me gustan.
No es basura, pero para mí todas esas pijadas sobran.
Desde mi humilde punto de vista, la imitar la realidad es al diseño de interfases gráficas lo que son las ruedecitas de apoyo a una bicicleta.
Es decir, que deberían usarse al principio, para no caerse.
Personalmente solo veo dos razones por las cuales se debiera emular la realidad en IUs:
1- En conceptos tan novedosos en el mundo digital, que no se te ocurra mejor manera de representarlos que imitando la realidad. Lo que haría que con el tiempo, la práctica y la retroalimentación, el diseño evolucionaría hacia algo más funcional y/o depurado.
2- Para no desorientar al usuario. De ahí el poner un “destructor de documentos” por ejemplo. Todo el mundo sabe que pasa si metes un papel ahí dentro.
En cualquier caso, en ninguno de los ejemplos me parece justificada la utilización del diseño realista.
A mi en particular me gustan mucho los diseños minimalistas, pero disfruto alguno de los detalles de skeumorfismo.
Pienso que en su momento era necesario debido a que la transición entre la tecnología era muy grande (recordemos antes ni siquiera había teléfonos sin botones) y servía para hacer un poco más conocida la interfaz. Hoy en día todo el mundo sabe usar un iPad y probablemente no sea cuestión de necesidad.