Magic Trackpad 2, la revisión

En el principio solo existía el ratón. Cuando los primeros portátiles aparecieron en el mercado, los fabricantes necesitaron añadir a estos ordenadores un dispositivo apuntador integrado para evitar la necesidad de tener que cargar con un ratón adicional y así nació el trackpad o incluso dispositivos apuntadores más exóticos como esos microjoysticks embutidos en medio del teclado de algunos Thinkpad de IBM.

A lo largo de los años, el trackpad ha sido sido siempre la cenicienta de los dispositivos apuntadores, algo que debía emular las capacidades del ratón incluso cuando esta imitación hacía complejo el uso de estas superficies táctiles que de forma habitual carecían de la precisión y respuesta de su homólogo. Al final el usuario, a pesar de disponer de una superficie táctil con la que interactuar con el ordenador, acabó llevando un ratón para ser más productivo, lo que creó una categoría de dispositivos, los microrratones o ratones de viaje, pequeños, discretos. Lo que fuera para no usar el trackpad integrado.

Hay un punto de inflexión en esta historia. Cuando los portátiles dejaron de ser un objeto de lujo y su precio comenzó a ser asequible para el público en general, el mercado basculó hacia ellos y comenzaron a venderse mucho más que los ordenadores de escritorio lo que puso al trackpad en el punto de mira como elemento apuntador a desarrollar para que fuera eficiente, más eficiente que los ratones y no un mero acompañante, una segunda opción  si no había un ratón presente. Apple no fue inmune a esta tendencia y de hecho fue uno de los primeros fabricantes en ver como dejaba de vender ordenadores de escritorio para pasar a vender más portátiles y rápidamente entendió la tendencia y desde hace años comercializa una gama mucho más amplia de portátiles que de ordenadores de sobremesa.

Mientras, el mercado PC siguió añadiendo trackpads estandarizados (y generalmente, nada buenos) a sus portátiles de 500 euros, mientras que el los despachos de Apple se gestaba una evolución, que podríamos llamar forzosa, sobre cómo debería ser un trackpad, motivada por una necesidad de liderar el mercado de los dispositivos apuntadores dentro de su propio nicho. El problema es que Apple ha sido a lo largo de la historia un mal diseñador de ratones. Sus ratones no han sido precisamente, más allá de los llamativo de su diseño, especialmente útiles y productivos y casi siempre tras sacar un Mac de la caja eran apartados para ser sustituidos por opciones con mayor rendimiento y capacidades de otras marcas, al menos hasta la llegada del Magic Mouse.

Incapaz de liderar el mercado de ratones incluso dentro de sus propios ordenadores, se volcó en el trackpad. Y comenzó a avanzar mientras los fabricantes de PC miraban con incredulidad por qué ese fabricante de la manzana hacía un esfuerzo especial en un periférico que para ellos era una obligación más que un argumento de venta y una de las formas de ahorrar para conseguir un portátil barato instalando trackpads que iban desde la vergüenza a la desolación.

Llegados a este punto, con fabulosos trackpad multitáctiles instalados en los muchos portátiles vendidos, los propios clientes de Apple, acostumbrados al rendimiento y capacidades del periférico, lo echaban de menos en sus ordenadores de escritorio. La forma de trabajo entre un ratón, más o menos tradicional, y un trackpad (de Apple) es tan radicalmente diferente que cuesta acostumbrarse: los dos apuntan, pero son tan diferentes en su uso que cuando te acostumbras a uno es difícil saltar al otro y viceversa.

Y en esta extraña situación, con una necesidad creada por la propia venta de portátiles, nació el Magic Trackpad primero y el Magic Trackpad 2 después.

Magic Trackpad 2

Si ponemos las dos generaciones de Magic Trackpad una frente a la otra, externamente los cambios son muy importantes y no solo en el propio aspecto. El nuevo Magic Trackpad es mucho más grande tanto en altura como en anchura y es lo primero que llama la atención. Este nuevo tamaño es una respuesta a una necesidad del usuario, no está hecho por que sí y responde a la traslación de las proporciones de las pantallas modernas a la superficie del trackpad. Mientras que el Magic Trackpad tiene una proporción aproximada  a los 4:3, la nueva generación se va al panorámico para poder permitir al usuario disponer de más espacio para que la translación de la resolución de la pantalla y el espacio de trabajo del trackpad se aproximen. Con un ratón, por ejemplo, si te quedas corto de espacio para mover un elemento del interfaz, mantienes el click pulsado, levantas el ratón, lo mueves, y sigues empujando el elemento. En un trackpad esto no es posible y el bloqueo de clic de un elemento del interfaz hay que hacerlo por software y además, recordar el protocolo de bloqueo, así que lo lógico era dar más espacio al trackpad para realizar este tipo de tareas adaptando su proporción a las pantallas que se instalan en los ordenadores de escritorio actualmente, incluyendo sus propias pantallas en el iMac. Además, tiene exactamente la misma altura e inclinación que el Magic Keyboard, haciendo un precioso conjunto cuando se ponen uno al lado del otro.

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El Magic Trackpad 2, por otra parte, se suma al diseño magic del teclado con una construcción en una única pieza de aluminio, de cuña mucho más baja que la primera generación lo que lo hace algo más cómodo de utilizar. En la parte trasera cuenta con un pequeño interruptor para encenderlo, un puerto Lightning para el enlazado con el Mac y adicionalmente una ranura extruida en el aluminio y tapada por una pieza plástica para permitir una mejor comunicación y alcance del interfaz Bluetooth. La parte inferior cuentan el mismo diseño que el Magic Keyboard, con una lámina plástica y cuatro patitas de goma que lo mantienen muy firme en el escritorio.

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Al igual que el Magic Keyboard y el Magic Mouse, el Magic Trackpad deja atrás la necesidad de pilas para incluir su propia batería bajo los mismos términos que sus hermanos mágicos: una carga dura un mes y con dos minutos de carga tienes aproximadamente para 9 horas de uso.

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Otro de los cambios importantes es la superficie táctil en sí y no solo por el “cambio de color”. El primer Magic Trackpad la superficie era de color aluminio, dejando al teclado con sus teclas blancas el protagonismo en la visión lateral. Ahora, con su superficie blanca, la visión lateral del usuario tiene una mejor apreciación en conjunto, identificando el blanco como una superficie de control y dejando el aluminio como un soporte necesario pero irrelevante. Lo mismo ocurre con el Magic Mouse: el banco significa control y acción.

Taptic Engine

Uno de los grandes problemas de los trackpad ha sido siempre la acción de hacer clic. Generalmente, por la construcción de estos dispositivos, se necesitaba mucha menos fuerza en la parte inferior de la superficie táctil que en la parte superior y el reconocimiento del clic como tal se realizaba mecánicamente, a través de micropulsadores. El propio Magic Trackpad de primera generación no se escapaba de este problema.

En el Magic Trackpad 2 se introduce para el dispositivo una nueva aproximación: el Taptic Engine que no es más que una impostación de la propia acción de hacer clic. Te parece que haces clic pero en realidad, debajo de la superficie del trackpad hay unas bobinas con imanes que simulan esa sensación que en realidad no se produce. La superficie, realmente, no se mueve como en el Magic Trackpad 1. Es todo un engaño de los sentidos, desde la sensación táctil a la auditiva.

Taptic Engine. Foto: iFixit

Taptic Engine. Foto: iFixit

Esta nueva forma de trabajo permite dos cosas: la primera, que a lo largo de toda la superficie del trackpad la presión para hacer clic es uniforme y la segunda, que ahora puedes hacer dos tipos de clic: el normal y el profundo. Esta nueva forma de trabajo requiere que te acostumbres a la idiosincrasia del Taptic Engine, forzando una nueva curva de aprendizaje de uso del dispositivo. Esto no es malo, pero durante las primeras horas de uso te sentirás raro e incluso incómodo, aunque si superas esa primera fase de yo no me aclaro con esto junto con una correcta configuración de las acciones disponibles en el panel de control Trackpad en Preferencias del Sistema acabará con esa sensación.

Ajustes

En el panel de control Trackpad, en Preferencias del Sistema, están los ajustes del dispositivo que añaden una serie de características basadas en su nuevo hardware:

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  • Clic: Puedes definir la cantidad de presión necesaria para activar clic y el clic profundo. Por defecto viene en Media y es un excelente ajuste para empezar a explorar el dispositivo.
  • Clics silenciosos: Esta opción te permite que el motor táptico sea menos agresivo en su activación y por lo tanto no tengas una realimentación sonora tan potente.
  • Sensores de fuerza y vibración: desactiva el clic profundo dejando una experiencia cercana al Magic Trackpad 1 con las ventajas del hardware del Magic Trackpad 2.

Al respecto de los ajustes, recuerda que algunos de ellos están desplazados al panel de control Accesibilidad, sección Ratón y Trackpad, donde puedes configurar la velocidad de desplazamiento (scroll) y la inercia del mismo, además del soporte para el arrastre de elementos del interfaz. Es tan importante configurar el comportamiento del trackpad en su panel de control como la configuración en Accesibilidad para poder sacarle todo el partido al dispositivo y que además se ajuste a nuestras necesidades específicas.

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Algunas aplicaciones ya aprovechan esta nueva forma de usar ambos clics para ofrecer diferentes opciones de funcionamiento y a lo largo del tiempo veremos como más y más aplicaciones se suman al uso del motor táctico y sus dos tipos de clic para hacer cosas diferentes (e interesantes) pero de nuevo, la curva de aprendizaje es más empinada que con un dispositivo apuntador tradicional: dos tipos de clic, multitud de gestos multitáctiles que hacen que el Magic Trackpad 2 deje de ser un dispositivo apuntador tradicional que emula el comportamiento del ratón al que estamos acostumbrados para iniciarnos en una forma totalmente diferente de controlar y gestionar las acciones a realizar contra el interfaz de OS X, ya sea directamente con el cursor o simplemente sin contar con el.

Un par de cosas más

El Magic Trackpad requiere, para su correcto uso, un Mac con OS X 10.11 El Capitan y Bluetooth 4, aunque sorprendentemente funciona con Macs con módulos bluetooth más antiguos (incluyendo Force Touch) aunque esta compatibilidad está penalizada por una menor autonomía de la batería interna. También podrás utilizar el Magic Trackpad 2 bajo versiones anteriores de OS X, pero solo reconocerá las opciones básicas como movimiento del cursor o clic.

El Magic Trackpad 2 es una opción a la hora de comprar el iMac, único ordenador de Apple que aún incluye teclado y dispositivo apuntador de serie. A la hora de comprarlo en la Apple Store puedes elegir entre uno o el otro dispositivo. Como dispositivo independiente, incluyendo un cable Lightning que puedes usar con tu iPhone o iPad, tiene un precio de 149 euros, algo elevado (bueno, bastante elevado) pero es mucha la tecnología escondida dentro de la pequeña cuña del dispositivo como para justificar al menos en parte ese precio.

Si tienes un Magic Trackpad 1 y es tu dispositivo apuntador de referencia y uso diario, la nueva generación si que ofrece la posibilidad de ser mejor y más productivo sobre todo, más que por Force Touch, por su tamaño mayor. Force Touch no es que sea una actualización menor, sino que por la curva de aprendizaje es algo que acabarás apreciando con el tiempo. Su precio siempre puede compensarse con la venta de la generación anterior dentro de un rango razonable (50 euros o incluso menos si está en perfecto estado) compensando el precio del nuevo dispositivo. Eso sí, en pilas o pilas recargables ahorrarás mucho dinero a lo largo del tiempo, equilibrando el retorno de inversión del nuevo dispositivo en menos de un año.

Puedes, también, echar un vistazo al resto de revisiones de la gama Magic:

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Franciscus
Franciscus
8 years ago

Como fan acérrimo del Magic Trackpad 1, lo tengo en el punto de mira. Aunque el tener BT 2.1 me frena un poco… Y el precio también, para qué nos vamos a engañar

Caniforme
Caniforme
8 years ago

Muchas gracias por la revisión del MT, del MM y del MK. De hecho, han sido las mejores que he leído, ponderadas y rigurosas, incluso en inglés.

patton
patton
8 years ago

A mi me llamaba mucho la atención hasta que vi el precio, totalmente desorbitado.

Estéticamente me parece más feo, y pega menos con la estética del teclado.

SRSolis
SRSolis
8 years ago

Yo soy un fanático del trackpad de mi macbook pro de 2010, pero este año ya ha caído el magic keyboard para el mini de 2008, así que tendría que atracar un banco para comprar el magic trackpad 2, pero lo haría con mucho gusto sólo con que fuese tan bueno como el que estoy usando. Combinar gestos, atajos de teclado y spotlight es la quintaesencia del uso productivo de las interfaces de un Mac.
En cuanto a la estética, estoy de acuerdo con patton, a mi me gusta mucho el aluminio. Tan blanco, casi ciega. (al igual que me hubiese encantado que el teclado tuviese retroiluminación y teclas negras como el macbook pro).
Por otro lado, una mínima puntualización: con el trackpad si puede hacerse lo de “pulsar y levantar el ratón por que no queda espacio en la mesa” como con los ratones tradicionales, basta con hacer el click con un dedo y usar otro para el desplazamiento. El dedo del desplazamiento puedes levantarlo tantas veces como quieras. Yo lo uso a menudo.

demasis
demasis
Responder a  SRSolis
8 years ago

Yo realmente me he acostumbrado a ni siquiera hacer un solo click tanto en el Trackpad del MacBook como en el Magic Trackpad (por supuesto el 1, ya que el 2 me parece desorbitado el precio).

Lo tengo configurado para arrastrar deslizando 3 dedos. Y todos los demás gestos y funciones, las hago deslizando dedos sobre la superficie de cristal del trackpad. Vamos, que ni me entero que hay un “click”. Bueno, miento, lo he tenido que empezar a usar a causa de El Capitán y su pantalla partida, ya que para poner dos apps de ese modo, a la primera App hay que pulsarla unos segundos en el botón verde. Pero bueno, es lo único. Para todo lo demás, deslizar suavemente dedos y hacer uno, dos, tres, etc. “tap” como si fuera la pantalla de un iPhone. Somos fanaticos, pero es que no he visto un trackpad tan bueno en otros portátiles.

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