No hay nada como reconocer impotencia y falta de liderazgo para que los equipos de comunicación y relaciones públicas se pongan a trabajar. Y un vector que puede “comprar” tiempo ante la falta de novedades es decir que el líder ha equivocado el tiro.
A pesar de los años que Google y Meta (mismamente Facebook) llevan dando la tabarra con la realidad virtual, nunca han conseguido salir del nivel “para frikis” y entre el público masivo cada vez era más bostezos.
Sin una aplicación práctica y continua, sin contenidos, sin atractivo… solo les cabía hacer dispositivos baratos que, al menos, no fueran una barrera para que gente con dinero hiciera la prueba. Y ahí se quedaba, claro. La experiencia era deplorable, los contenidos escasos y poco relevantes y -bueno- luego estaba lo del aislamiento, que lo dejaba (perdón por la exageración) para jovenzuelos, solteros y fanáticos de los juegos (ni siquiera incluyo a los fanáticos de la tecnología).
Así que cuando Apple sale con su producto caro carísimo, con una explicación clara y diáfana de cómo se usa y para qué sirve, y la gente lo entiende y se quedan con el nombre del producto… a la espera de la próxima versión, al resto solo les queda intentar jugar al Me too, es decir, desarrollar un producto que sea comparable al Vision Pro.
Solo que no es tan fácil.
Apple ha pasado años desarrollando y puliendo su propuesta, y los demás tienen que intentar alcanzarle antes de que saque las siguiente versiones ¿un año? ¿dos como mucho? Y contenidos. Hay que crear contenidos que sean comparables o mejores. Uff, mucho dinero para intentar hacer sombra a una máquina de generar atracción como es Apple.
Y todos coincidimos en que Apple no está estresada con los contenidos. Si fuerza la máquina en seis meses lo “peta”.
Así que, vuelta al gabinete de crisis, podemos imaginar una conversación como la que sigue:
Ejecutivo 1: ¿qué hacemos? Ya hemos visto que no hay forma de que saquemos algo como las Vision Pro en los próximos años, y no podemos arriesgarnos a que sea un pinchazo, porque nos echan del mercado.
Ejecutivo 2: Tal vez hacer algo que se parezca pero que no sea lo mismo. Y decimos que Apple se ha pasado y que ahora sabemos que los tiros no van por ahí.
Ejecutivo 1: Ok, eso nos da un tiempo para hacer que estamos creando un nuevo producto, que requiere sus propios contenidos y tranquilizamos al mercado y los desarrolladores. Dentro de dos o tres años, revisamos. ¡Quién sabe! Puede que Apple se canse antes y lo cancele, o que saque el Apple Car y se distraiga con la siguiente novedad.
Ejecutivo 3: Jefe, el Apple Car lo cancelaron hace meses.
Ejecutivo 1: Mi**da. Bueno, vamos adelante. ¿Como lo llamamos? Si os he entendido bien, decís que hagamos las Google glasses otra vez. Que aporten contexto a lo que vemos o que puedan responder preguntas aprovechando que tenemos la IA. ¿Creeis que esta vez funcionará?
Ejecutivo 4: ¿Eso importa? Lo que necesitamos es decir que estamos haciendo algo, que lo de Apple no va a funcionar y que esta vez, por una vez, nosotros sabemos a dónde va el mercado.
Ejecutivo 5: Uff, estamos pidiendo a la gente que se olvide de años de promesas incumplidas y productos nunca desarrollados y que ignoren las Apple Vision Pro.
Ejecutivo 4: NO, estamos hablando de comprar tiempo. De tener un discurso que nos permita no tener que responder a preguntas del tipo “qué vamos a sacar para competir”. No vamos a competir porque las Vision Pro no son el futuro. La computación ambiental es el futuro.
Ejecutivo 1: Dale. Ya veremos si nos lo compran. Nos volvemos a reunir dentro de seis meses a ver si el mensaje ha calado.
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