Desde que los teléfonos móviles existen, los hemos estado dejando caer en el agua. Y aunque los iPhones de hoy en día son resistentes a las salpicaduras, las inmersiones y al café, todavía puede haber momentos en que se mojen demasiado y aparezca la temida alerta de detección de líquidos en la pantalla.
Durante años, hemos recurrido a un simple alimento doméstico cuando necesitamos salvar nuestros iPhones de una muerte líquida: una bolsa de arroz. El método es claramente low-tech (de baja tecnología, vamos).
Simplemente metes tu teléfono en una bolsa de arroz, la cierras y esperas un día más o menos. La idea es que el arroz absorba el agua del interior del teléfono antes de que pueda hacer algún cortocircuito en el interior. Las personas que lo han experimentado juran que funciona, y hay toneladas de evidencias anecdóticas que demuestran que realmente funciona.
Sin embargo, los investigadores han estado afirmando durante años que todo es un mito y que el arroz en realidad no seca el teléfono más rápido y que, incluso, podría ralentizar el proceso, haciendo que la placa lógica sea susceptible de sufrir más daños.
Un nuevo documento de soporte de 2024 de Apple en realidad aconseja no usar arroz para secar tu iPhone, ya que podría empeorar las cosas, ya que “las pequeñas partículas de arroz podrían dañar el iPhone.”. En vez de eso, Apple sugiere los siguientes pasos:
- Golpear suavemente el iPhone contra la mano con el conector hacia abajo para eliminar el exceso de líquido. Dejar el iPhone en un área seca con un ligero flujo de aire.
- Después de al menos 30 minutos, intentar cargar con un cable Lightning o USB-C o conectar un accesorio.
- Si vuelve a salir la alerta, quiere decir que todavía hay líquido en el conector o debajo de los pines del cable. Dejar el iPhone en un área seca con un poco de corriente de aire durante un día. Volver a intentar cargar o conectar un accesorio durante este período. Puede tardar hasta 24 horas en secarse por completo.
- Si el teléfono se ha secado pero aún no carga, desenchufar el cable del adaptador y desenchufar el adaptador de la pared (si es posible) y conectarlo de nuevo.
Entre lo que no se debe hacer, Apple también insta a no secar el iPhone con una fuente de calor externa o aire comprimido, o insertar un “objeto extraño”, como un hisopo de algodón (bastón para los oídos) o una toalla de papel, en el puerto Lightning o USB-C.
El iPhone ha sido capaces de soportar la inmersión en agua a una profundidad máxima de 6 metros hasta 30 minutos desde el iPhone 12, por lo que lo más probable es que no hayas tenido que preocuparte por los daños causados por líquidos durante un tiempo. Pero si alguna vez te pasa, deja el arroz en la cacerola.