Estados Unidos, el Reino Unido y más de una docena de otros países (entre los que no hay ninguno de habla hispana) dieron a conocer el domingo lo que un alto funcionario de los Estados Unidos describió como el primer acuerdo internacional detallado sobre cómo mantener la inteligencia artificial a salvo de los actores deshonestos, presionando a las empresas para que creen sistemas de IA que sean “seguros por diseño”.
En un documento de 20 páginas presentado el domingo, los 18 países estuvieron de acuerdo en que las empresas que diseñan y utilizan la IA deben desarrollarla e implementarla de una manera que mantenga a los clientes y al público en general a salvo del uso indebido.
El acuerdo no es vinculante y contiene principalmente recomendaciones generales, como el monitoreo de los sistemas de IA para detectar abusos, la protección de los datos de la manipulación y la investigación de los proveedores de software.
Hay que recordar que hace una semana, Alemania, Francia e Italia llegaron a un acuerdo sobre la futura regulación de la IA, según cuenta Reuters.
Los tres gobiernos apoyan la “regulación obligatoria a través de códigos de conducta” para los llamados modelos básicos de la IA, que están diseñados para producir una amplia gama de productos. Pero se oponen a las “normas no probadas”.
“Juntos subrayamos que la Ley de IA regula la aplicación de la IA y no la tecnología como tal”, dijo el documento conjunto. “Los riesgos inherentes se encuentran en la aplicación de los sistemas de IA en lugar de en la tecnología en sí”.
La Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE están negociando cómo debería posicionarse el bloque sobre este tema.
“Necesitamos regular las aplicaciones y no la tecnología si queremos jugar en la mejor liga de IA del mundo”, dijo Wissing.
La Secretaria de Estado de Asuntos Económicos, Franziska Brantner, dijo a Reuters que era crucial aprovechar las oportunidades y limitar los riesgos.
“Hemos desarrollado una propuesta que puede garantizar un equilibrio entre ambos objetivos en un terreno tecnológico y legal que aún no se ha definido”, dijo Brantner.
