Difícil tarea me he puesto hoy… veamos. Si te gustan las aventuras de Jack Ryan, las películas militares de Stallone y demás musculitos del cine, si te gustan los héroes armados hasta los dientes, y si quieres pasar un rato sin hacerte preguntas existenciales, es probable que Echo 3 cumpla muchos de los ítems de tu lista de requisitos para ver una serie.
En Echo 3 tenemos dos variantes fundamentales: esta vez no son acciones pagadas por el gobierno americano, aunque están informados y colaboran para que se hagan pero, ¡quien necesita al gobierno cuando tienes un protagonista rico! y la segunda -la más meritoria- dedican una buena cantidad de capítulos a mostrar cómo es la vida cuando te secuestran unos narcos y te encierran en un campo de prisioneros.
La degradación moral y la falta de esperanza están bien retratados.
Pero ya está, el resto es, como siempre, han cogido a uno de los nuestros así que todo lo demás no importa, morirá todo aquel que se interponga en nuestra misión de rescate.
Músculos, armas, machetes, explosiones,… el menú completo. Por supuesto, no hay ningún militar o civil que pueda competir con la puntería, habilidad y destreza de los yankis, ni con su inmortalidad, por supuesto. Da igual lo acosados que estén, siempre consiguen salir prácticamente indemnes.
Además, a ver quién -de cualquier otra nacionalidad- puede pasar de estar alcoholizado a exterminar un poblado entero sin un temblor de mano ni un despiste en la concentración. Tienes que haber nacido en los Estados Unidos de América para adquirir esos superpoderes.
Por otro lado, mientras matan y destruyen sin un ápice de mala conciencia, luego tienen dramitas existenciales absolutamente pueriles, del tipo “pues tú más” y “ya no te ajunto”. Qué dura es la soledad de los ricos, de verdad.
Para rematar, el final de la serie se presenta precipitado, banal, como si se hubieran quedado sin tiempo y hubiera que cerrar rápido. Claro que como son americanos pueden perfectamente estar traumatizados y después de parpadear ya no necesitan terapia ni nada, sino que se sienten (como dicen ahora) empoderados, dueños de su destino y -como no podía ser de otra manera- inconformistas con lo que tienen, queriendo aspirar a más.
Ah, y que no se te olvide, todo el mundo, menos ellos (hay que jode++e, perdón) son unos corruptos asesinos inmorales incapaces de perdonar la vida a un yanki por muy espía con tapadera que sea.
Vamos, que si la ves, allá tu. No digas que no te he avisado.
PD.: la calidad de filmación, medios, actores, bien, en la línea de Apple TV+, pero no deja de ser una serie sobre supremacismo norteamericano.