Apple ha construido su imagen en torno a la idea de que “el usuario no es el producto” (algo que el propio CEO de Apple, Tim Cook, ha repetido en numerosas ocasiones). Expresión que se utiliza para señalar que los servicios gratuitos no son realmente gratuitos, sino que se utilizan para recabar datos del usuario que luego se utilizan bien para ofrecerle publicidad dirigida o para revenderlos a otras empresas y que se construyan perfiles cada vez más completos.
En Apple, presuntamente, el usuario no es el producto, porque todo se paga (incluso muchos dirían que se paga caro), de forma que Apple no necesita explotar los datos de sus mil millones de clientes para intentar exponerles a anuncios dirigidos en función de sus búsquedas (en su Mac, iPad, iPhone), de las aplicaciones que utilizan (a través de las descargas de la App Store), de la música que escuchan (a través de Apple Music), de los libros que leen, de los podcasts que escuchan o de los mensajes que envían.
Como se puede ver, los usuarios, a través de las aplicaciones que utilizan en su iPhone, iPad o Mac, dejan un perfil absolutamente masivo si Apple decidiera empezar a recolectar los datos.
Pero eso no le interesaba a Apple… hasta ahora.
La reciente decisión de Apple de empezar a explotar espacios publicitarios en su App Store (la tienda de apps) provoca un cambio radical en la relación de Apple con sus usuarios, ya que ahora tiene que construir perfiles personalizados que le digan a los anunciantes quiénes pueden estar más interesados en un producto y servicio, y como consecuencia, compren el espacio para insertar su publicidad.
Aunque Apple no quiera reconocerlo, de repente sus usuarios han pasado a ser un producto que quiere rentabilizar.
Índice
Una idea torpemente implementada
Como si fueran agua y aceite, la implementación de esta fase de explotación publicitaria en la App Store se desplegó con un desinterés hacia los usuarios palmario, que hace enrojecer de vergüenza y de ira a todos aquellos que llevamos años (décadas incluso) apoyando el buen hacer de Apple.
Junto a las apps para incentivar que la gente se mantenga alejada de los juegos, aparecían anuncios (no solicitados por el usuario, ni autorizados por los creadores de las apps) de apps de juego) de apps de juego.
Por supuesto, siempre puedes encontrar la misma oferta a través de la web, visitando, por ejemplo mejorescasinosespana.com, pero siempre será tu decisión y será un acto deliberado y voluntario, porque te apetece encontrar un juego de azar que te entretenga.
Mucho dinero en busca de destino
El tiempo en que esto ocurre no es casual. La catástrofe de Facebook/Meta, con un negocio derrumbándose sin que parezca que hay ideas para reflotarlo y la entrada absolutamente destructiva de Elon Musk en Twitter, despidiendo y provocando que se despidan miles de trabajadores, han provocado la retirada de muchos anunciantes, que tienen un presupuesto destinado a publicidad que quieren gastar.
Angelicalmente (bueno, no tanto), aparece Apple con cientos de millones de usuarios fidelizados y que confían en la marca, que utilizan sus dispositivos todos los días, y -oh maravilla de las maravillas- con espacio de publicidad libre para vender.
¡Qué oportuna coincidencia! Mientras unos y otros cotizan a la baja, la marca más valorada del mundo aparece con precioso espacio disponible para su venta… ¡si sólo pudiera decir qué le interesa a cada usuario!
Conclusión
En estos momentos la imagen de apple tiene una mancha que no será fácil limpiar. Para siempre quedará la sospecha de que sus intenciones no son tan puras como pretende, y que en cualquier momento puede empezar a recolectar datos de sus usuarios para poder vender anuncios.
Afortunadamente, lo hizo tan torpemente que han tenido que cancelar (de momento) el programa, porque la ira y la decepción de todas las partes afectadas se sintió en cada rincón de internet.
Confiemos que hayan aprendido la lección y que Apple siga obteniendo sus beneficios a base de vender productos y servicios, y no a base de vender a sus usuarios al mejor postor.
