En memoria de Steve Jobs

No hace falta que lo digamos, todos los que leéis esta web sabéis que hace diez años que nos dejó (queremos pensar que por una vida mejor) Steve Jobs.

Llevo más de veinticinco años ocupándome de la actualidad de Apple y cuando empecé era una empresa modesta, por la que nadie apostaba ni un céntimo, en franca regresión y probablemente un poco noqueada por la pérdida de su personalidad.

En aquella época disparaban a todo lo que podían con la esperanza de que algo acertara en el mercado, aunque fuera por sorpresa. Y no ocurría, claro.

Windows seguía ganando adeptos gracias al precio de los PCs, mientras Apple intentaba mantenerse en pié como si fueran una aristocracia avejentada e ilusa que se negaba a aceptar que la sociedad había cambiado.

Hasta cinco años después de empezar faq-mac (aunque los archivos no han sobrevivido – las noticias en esta web empiezan en 2002) no llegó el retorno de Apple… aquellos tiempos del iCEO, en los que ni siquiera Steve parecía seguro de que Apple tuviera salvación, y -por si acaso- no quería ver su nombre asociado con el hundimiento definitivo.

Pero los que acudían a nuestras retransmisiones de las keynotes de Apple por el IRC, viendo por una ventana minúscula el vídeo que emitía Apple y traduciéndolo sobre la marcha seguro que no lo han olvidado.

Ya hemos hablado mucho -dia a día en nuestro caso, otras webs entiendo que tengan que tirar de lo que terceros han vivido- de lo que ha hecho Steve Jobs por el mundo (sin más, por todo el mundo como lo conocemos hoy) y no voy a recorrer otra vez esos pasillos.

Todos sabemos que era una persona complicada, que tardó en madurar mucho más que la mayoría y que le costó aceptar que no valía sólo con tener una buena idea. Además había que comprender el mercado y jugar según las reglas para poder romperlas y subvertir el orden.

En su camino dejó un reguero inagotable de gente dolida, rota y abandonada, pero muchos más fervientes seguidores, trabajadores incondicionales que confiaban en su visión y en su misión y que trabajaron junto a él durante décadas.

Utilizando la estrofa de la canción que Brian May compuso tras la muerte de Freddie Mercury “Uno a uno, todos los buenos mueren jóvenes”. No es que sólo los que mueren jóvenes sean buenos -también los hay longevos, como el propio May.

Por suerte y por desgracia, Steve Jobs murió justo a tiempo de no destruir su mito. Murió cuando estaba en todo lo alto y Apple ya era la maquinaria imparable que es hoy día.

Por suerte no le veremos participar en ningún concurso de la televisión aprendiendo a bailar, ni emitiendo condenas sobre tecnologías que luego resulten un completo éxito.

Wozniak en el programa “Bailando con las estrellas”

Por desgracia nos veremos privados de su capacidad para intuir lo que sirve y lo que no, y de su expresión certera a la hora de explicar conceptos que a muchos nos parecen etéreos (ahí están sus frases sobre la privacidad, sobre Flash, etc.). También echaremos de menos su capacidad de reírse de si mismo y de la propia industria (algo que desarrolló -o que se permitió- muy tarde en su vida) y sobre todo no tendremos más “Oooooooohs” cuando nos desvele un producto -incluso aunque luego sea un fracaso. Pero esas actuaciones llenas de momentos de magia que eran las keynotes siempre estarán en la estantería de “irrepetibles”.

Con Tim Cook no es lo mismo

Ah, la frase preferida de los nostálgicos. Sin duda, no tengo ni idea de cómo sería la Apple con Steve Jobs al mando, pero los que llevamos tanto tiempo sentados en el palco viendo productos y tecnologías, recordamos que Apple no era muy distinta en los últimos años de Jobs.

Primero, hay una consideración que todo el mundo convenientemente olvida para poder ampararse en la sombra del mito.Steve Jobs era tremendamente pragmático. Y lo más importante para él era Apple. La supervivencia de Apple, que nunca volviera a estar en peligro (por eso nunca se repartió dividendo mientras él estuvo al frente -y ahora sí se hace. Bueno, y probablemente porque despreciaba a los inversores como una casta inferior que vive del trabajo y la pasión de otros).

Apple no anuncia, Apple presenta. Esta frase, que he dicho en incontables ocasiones para explicar cómo funciona Apple -y una de las cosas que la hace completamente diferente del resto de la industria- se traduce en que presentarán mejoras y mejoras de productos, hasta que algo nuevo de lo que tengan en el horno esté completamente listo para ver la luz.

En este caso pueden ser las gafas de realidad aumentada, o el coche, o ropa con sensores, o … todo eso que no sabemos. Porque Apple no anuncia. Así que, hasta que llegue ese momento, sólo tendremos versiones mejoradas de los productos y tecnologías que ya conocemos. Y eso es así desde los tiempos de Jobs.

Tim Cook ya lleva su buena ración de innovación bajo su mando, desde los AirPods Pro hasta el M1 pasando por los nuevos iMacs, aparte de haber capeado con matrícula de honor la pandemia de la COVID, así que todos los que dicen que Tim Cook no sirve, ya podría cerrar su enorme bocaza y dejar de hacer el ridículo.

Echar de menos a Steve Jobs

Probablemente, nunca más apto, echar de menos a Steve Jobs es notar su vacío, su ausencia. Aunque sea para generar titulares absurdos sobre sus manías o sobre sus formas.

El mero hecho de saber que estaba en la misma tierra que nosotros, hacia del planeta un sitio más agradable, cálido, y esperanzador.

Que no esté, es, en si mismo, un motivo de lamento, aún sabiendo que mi camino y su camino discurrían por direcciones divergentes. Y -dado que han pasado diez años y no han cambiado mis sentimientos- sospecho que será así hasta el día que yo me muera.

Y entonces espero nos encontremos y poder darle un abrazo.

En palabra de otros

Con motivo del décimo aniversario, algunas personas cercanas a Steve Jobs han escrito unas palabras:

Su familia:

De todas las virtudes de Steve, fue su capacidad como maestro la que más ha permanecido. Nos enseñó a estar abiertos a la belleza del mundo, a ser curiosos con las nuevas ideas, a mirar lo que hay al doblar la esquina, y por encima de todo, a ser humildes en nuestra propia mentalidad de principiantes.

Hay muchas cosas que seguimos viendo a través de sus ojos, pero también nos enseñó a mirar por nosotros mismos. Nos dio la equipación para la vida, y nos ha servido bien.

Tim Cook

Steve era muchas cosas: brillante, divertido e inteligente, un marido, un padre, un amigo y, por supuesto, un visionario. Nos retaba a ver el mundo no por lo que es, sino por lo que podría ser. Y también ayudó a mucha gente, incluido a mi, a ver el mismo potencial en nosotros mismos. No pasa un día sin que piense en él.

Jon Ive

Steve estaba preocupado por la naturaleza y la calidad de sus propios pensamientos. Esperaba mucho de si mismo y trabajaba duro para pensar con una vitalidad atípica, elegante y disciplinada. Su rigor y tenacidad establecen un nivel vertiginosamente alto. Cuando no conseguía pensar de forma satisfactoria se quejaba de la misma forma en que yo me quejaría de mis rodillas.

Comíamos juntos la mayoría de los días y pasábamos las tardes en el santuario del estudio de diseño. Esos fueron uno de los momentos más felices, creativos y disfrutados de mi vida. Me encantaba cómo veía el mundo. La forma en que pensaba era profundamente bella.

Alf

Propietario de www.faq-mac.com.

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