Hay que conocer a Apple para saber leer lo que ocurre por detrás del telón. Estos son unos rápidos pensamientos al hilo de los acontecimientos.
Efectivamente, Qualcomm se ha asegurado que Apple seguirá siendo cliente durante los próximos seis años, pagando cumplidamente las cantidades acordadas (no reveladas, al menos por ahora) y sin levantar la voz ni una vez (salvo que Qualcomm decida reescribir los acuerdos, claro).
Pero Apple ha tenido que elegir entre el orgullo o la necesidad, y tal y como hubiera hecho el Steve Jobs de la última era, han escogido el pragmatismo.
Hay una cita que no puede esperar, y es los iPhone de los futuros años y su necesidad de incorporar módem G5. Teóricamente, Apple tenía dos posibles suministradores: Intel y Qualcomm.
Intel, otra vez
Pero tal y como ocurre frecuentemente en el desarrollo de los chips de ordenadores, lo que Intel anunció como producto no pasaba de ser una buena intención, que la realidad se ha encargado de desmontar.
Intel iba tan retrasado en el desarrollo de su módem G5 que no sólo no iba a llegar a tiempo para ofrecerlo en el nuevo iPhone sino que posiblemente no iban a llegar a terminarlo -de una manera competitiva- nunca.
Así que, a la hora de la verdad, Apple se quedaba sólo con Qualcomm, a quien tenia demandada por abuso de posición, extorsión y varias otras lindezas, mientras que Qualcomm había demandado a Apple por falta de pago, incumplimiento de contrato y un repertorio de reclamaciones que sumaban una cantidad considerable de dinero.
En resumen, si Apple quería tener un modelo de iPhone listo para fabricar en años venideros, tenia que adoptar la tecnología de Qualcomm y plegarse a sus demandas.
Al menos Intel fue claro y avisó a Apple que no iban a llegar a tiempo, lo que le permitió a la empresa de Cupertino hacer una valoración real de su situación.
Finalmente Qualcomm ha conseguido mantener a Apple como cliente y Apple podrá centrarse en desarrollar los mejores terminales.
Al menos de momento.
Apple está desarrollando su propio módem
Ya había trascendido que Apple estaba desarrollando su propio módem. En teoría esto significa que sólo tendría que pagar a Qualcomm por utilizar las patentes y no por el producto fabricado (un precio mucho más razonable y sujeto a legislación).
La calle de los rumores cuenta que Apple tiene entre 1000 y 2000 ingenieros trabajando en el desarrollo de un módem propio.
Ahora que Intel ha anunciado que abandona el desarrollo de módem 5G y que se centrará en las oportunidades que el 4G sigue ofreciendo, no sería extraño que llegara a su vez a un acuerdo con Apple para vender la propiedad intelectual a cambio de poder utilizarla ellos cuando llegue el momento.
Esto armaría a Apple con un conjunto de patentes que limitaría la capacidad de «agresión» intelectual de Qualcomm.
Si no es el 5G, será el 6G y si no, el 7G
Lo mejor que ha podido hacer Qualcomm es darle a Apple un «propósito». Se han aprovechado de ellos en un momento de debilidad, y eso es algo que la Apple que respira el ADN de Steve Jobs no olvida.
Tardarán los seis años, o puede que cuatro o puede que doce. Pero conseguirán tener su propio módem prescindiendo de Qualcomm. Como que se llaman Apple.
Apple ahora mismo necesita tiempo para seguir su plan de desarrollo y empezar a asegurarse las patentes de los futuros módems. Qualcomm quería dinero y, afortunadamente en los tiempos que corren, Apple tiene en abundancia.
Así que Apple ha comprado exactamente esto: tiempo para seguir desarrollando sin tener que desvelar sus avances. Y siguiendo la máxima de que tienes que ser el dueño de las tecnologías que son estratégicas para tu producto, como se ha demostrado, el módem es capital.
Qualcomm puede seguir riendo sentado sobre la montaña de dinero que le haya sacado a Apple, pero ésta le esperará allá, al final de los seis años, para ver quien ríe el último.
Yo lo que no entiendo es cómo es que Apple, comprándole el módem ya hecho a Qualcomm, además tiene que pagarle derechos de patente. ¿Eso es legal en EEUU?
Seis años es una eternidad, y no un estímulo para el desarrollo de alternativas, sino justo lo contrario.
Yo no haría una lectura tan «positiva» del asunto.