La regla general dice que el protocolo SATA es retrocompatible, ¿no? Pues ya no lo es necesariamente. hasta ahora, si comprabas un disco SATA III para un Mac con SATA I o II, ese disco se ajustaba al protocolo disponible y funcionaba sin problemas. DE hecho, si lo haces al revés, y pones un disco SATA II, por ejemplo, en un Mac con SATA III, es el propio Mac el que se encarga de reajustarse para poder trabajar con ese disco.
El problema es que los fabricantes de discos están empezando a lanzar al mercado unidades en las que solo incluyen el protocolo SATA III en el disco, de forma que si conectas a un Mac con SATA I o II[note]O por extensión, a un PC bajo ese mismo entorno[/note], no funcionan. La mejor forma de mirar si el disco es retro compatible es mirar las velocidades soportadas: 6 Mbps, 3 Mbps, y 1.5 Mbps para SATA III, SATA II y SATA I.
La lista de Macs antiguos con protocolos SATA II y SATA II es la siguiente:
SATA I
- iMac G5
- iMac, Intel, 2006 models
- MacBook, 2006-Late 2008 policarbonato
- MacBook Air, Late 2008-2009
- MacBook Pro, 2006-Early 2008 + Late 2008 17″
- Mac mini, 2006-2007
- Xserve G5, todas las versiones
SATA II
- iMac, Intel, 2007-2010
- MacBook, Late 2008 aluminum-2010
- MacBook Air, 2010
- MacBook Pro, Late 2008-2010 (excepto el 2008 17″)
- Mac mini, 2009-2010
- Mac Pro, 2006-2012
- Xserve, todas las versiones con procesadores Intel
Si vas a comprar un disco duro para un Mac antiguo, revisa las especificaciones del disco para asegurar que existe esa retrocompatibilidad con los protocolos SATA I y II, de forma que funcione cuando lo conectes.