Aventuras con el iPad Pro

Hay un elemento que ha supuesto una diferencia sustancial a la hora de definir el trabajo con el iPad, y ha sido el teclado. Hasta la fecha en la que entró ese periférico a trabajar conjuntamente con el iPad, mi uso del dispositivo era más bien de consumo, con algunos juegos (juego más en el iPad que en el Mac) pero básicamente la lectura de todo tipo de contenidos era lo más importante que hacía.

El teclado marcó la diferencia, mucho más que el Apple Pencil. Entre otras cosas, el teclado me permitió trabajar en sitios en los que el portátil era incómodo, desde las muy pequeñas bandejas de los aviones a prácticamente cualquier otro sitio en el que tuviera que parar algo más de 15 minutos. Evidentemente ir cargado todo el día con el MacBook Air encima es incómodo, pero el iPad, con su teclado incorporado, puedes llevarlo en una bolsa mucho más pequeña, su peso es considerablemente menor y la diferencia de comodidad general al respecto de uno y otro dispositivo es mínima aunque para hacer este asalto, eliminando el portátil de la ecuación hay que hacerse con aquellas aplicaciones que van a marcar la diferencia.

Y es precisamente lo más importante detrás del teclado: una buena selección de aplicaciones que convierten al iPad Pro en un dispositivo útil. Algunas de ellas vienen con el sistema y otras, dependerá y mucho del tipo de trabajo que hagas. En mi caso, sigo consumiendo contenidos a lo bestia, pero también, ahora con el teclado y en menos medida, con el Apple Pencil.

Para escribir textos sigo confiando en Pages. Es polivalente, tiene las suficientes características en el iPad como para poder incluso hacer trabajos bastante serios, me permite exportar a diferentes formatos y la sincronización con iCloud, muy mejorada desde iOS 10, hace que el salto (ocasionalmente) al iPhone y continuamente, al Mac, una opción muy difícil de superar. La ventaja diferencial frente a Word, que podría utilizar, es que dispongo de espacio para trabajar en lugar de tener que enfrentarme a una insistencia por parte de la aplicación de Microsoft en ocupar parte de la pantalla con las opciones del interfaz.

Ah, bueno, yo trabajo con el iPad Pro de 9,7. Empecé con el de 12,9 pero descubrí muy pronto que este iPad es un portable, no un portátil, y que para cualquier tipo de salida era mucho más cómodo el pequeño antes que el grande. El iPad 12,9 es tan funcional como el de 9,7 (de hecho lo es más), pero su tamaño lo hace cómodo para quien lo utiliza generalmente en ubicaciones más o menos fijas, y no para hacer, por ejemplo, vida en la carretera que es cuando más utilizo el iPad: en el avión, en el tren, en parar durante un rato en un bar a tomar un café mientras espero a alguien y aprovechar 15, 20 minutos, quizás media hora, en sacar adelante alguna tarea.

A la hora de organizar el tiempo solo utilizo Calendario, Recordatorios y Wunderlist. Más que suficiente para mi y creo que a estas alturas, tratar de explicar que la sencillez de estas aplicaciones cumple con la mayoría de mis necesidades.

Después están las herramientas de Notas y anotación de contenidos, otras dos tareas muy frecuentes que realizo en el iPad Pro. Para la primera tarea he establecido dos niveles:  notas rápidas o notas creativas. Las notas rápidas de texto van directamente a Notas de Apple por comodidad. Es gratis, sincroniza con iCloud y me facilita la tarea rápidamente ya que estas notas, una vez procesadas, son eliminadas. Después están las notas creativas para las que utilizo la aplicación Thoughts. Esta aplicación tiene una ventaja y es que me permite crear, y aquí entra el Apple Pencil, notas con profundidad. Su forma de uso hace que depender de un “tamaño de papel” sea irrelevante, ya que puedo ampliar o reducir la perspectiva para escribir entre líneas. Una aplicación muy recomendable cuando sabes por dónde vas a empezar pero no muy claro como acabará la cosa.

A la hora de tomar notas complejas, en las que entra texto y otros elementos, utilizo MyScript Nebo. Nebo tiene una característica para poder convertir texto desde las anotaciones manuales que haces con el Apple Pencil, que la hace una aplicación de toma de notas con múltiples elementos extremadamente útil y ágil. Ahora está gratis por tiempo limitado, por lo que no me lo pensaría dos veces.

Después está la anotación de documentación, PDF, documentos de Word, etc. Tienes una documentación base y quieres guardar notas al respecto. Aquí trabajo en dos niveles, cuando es una anotación rápida, incluso para varios documentos, donde entresacar notas al texto para componer información posteriormente y donde LiquidText es insuperable. Con su capaz de extraer contenido, anotarlo y enlazarlo en mapas te permite reorganizar información de varios documentos incluso de forma muy orgánica. Mucho más cómoda la aplicación con el Apple Pencil. Merece la pena echarle un vistazo y hacer la inversión, para poder acceder a la característica como compra adicional que te permite trabajar con múltiples documentos que cuesta 9,99 euros. La aplicación, para trabajar con un único documento, es gratis.

Para realizar esta tarea, pero profundizar más en las anotaciones, con muchas más opciones de trabajo, está la insuperable MarginNote Pro, que cuesta 9,99 euros y es una aplicación a la que hace falta dedicarle cierto tiempo para sacarle todo el partido. Es, digamos, el Photoshop de las aplicaciones para anotar documentos y puede sobrepasarte en un principio por la gran cantidad de características que tiene. Es la herramienta ideal, y de hecho, está pensada para ello, para cargar documentación y anotarla para su estudio posterior, y cuenta además de con la versión para el iPad (Apple Pencil recomendable) con una versión para Mac con la que sincronizar información. MarginNote Pro no es para pusilánimes: necesitarás, al igual que con otras grandes aplicaciones, estudiártela y trabajar con ella para poder destapar todo su grandísimo potencial.

¿Qué otras aplicaciones llevo en el arsenal? Para los PDF, PDF Expert de Readdle, en combinación con la versión para Mac y como herramienta multiusos para gestionar documentos, Documents de la misma empresa. Documents es una pequeña joya que te saca de un montón de atolladeros, desde transferir documentos desde Google Drive a Dropbox en un solo paso a poder disponer de varias cuentas de servicios de archivos en la nube de un mismo proveedor directamente al alcance de tus dedos. Y además es gratis.

Correo y otras aplicaciones

La gestión de correo electrónico en el iPad la realizo con Spark. Es un gran cliente siempre que seas una persona que trabaja activamente con el correo electrónico y busques de forma proactiva el inbox cero (no es un mito, se puede hacer, yo lo hago todos los días). Con Spark mínimamente configurado es factible gestionar el correo electrónico de forma muy, muy eficiente y también es una aplicación gratuita. De nuevo, y es importante, Spark está diseñado para que seas pro activo con el correo electrónico tanto en su gestión como en las tareas relacionadas con el mismo, desde responder (lo más básico) a un correo a realizar las tareas asociadas al mismo.

Al respecto de otras aplicaciones que utilizo:

• Asana: para interactuar con este gestor de proyectos. La aplicación es muy regulera pero el gestor de proyectos está bastante bien, incluso para trabajar con varias personas.
• Calendar 5 de Readdle: Solo en el iPad. Me permite unificar Recordatorios, Calendarios y vía la sincronización de calendario con Wunderlist, toda la información de lo que tengo que hacer para inspeccionarla en un solo vistazo.
• Keynote y Numbers: para rematar cosas. En el caso de Keynote porque creo muchas presentaciones en el Mac y uso la versión para el iPad para repasar y corregir.

El iPad Pro con teclado y Apple Pencil ha desplazado, de forma general, muchas horas de portátil. Muchas. De hecho, lo llevo encima casi siempre cuando se que voy a tener ratos muertos que voy a poder aprovechar, desde viajes en tren, en el avión, desplazamientos por ciudad. Cabe, la unidad de 9,7, en un bolso discreto y lo despliegas con mucha facilidad en cualquier parte para poder dedicarle unos minutos al trabajo. Con el tiempo, si Apple apuesta más firmemente por el desarrollo de este dispositivo, acabaré jubilando mi MacBook Air y no renovaré portátil para simplemente disponer de una máquina de escritorio donde trabajo habitualmente y solo utilizar el iPad Pro para el resto, lo tengo ya bastante claro.