Lo siguiente es DIFM

De hecho, el acrónimo DIFM (Do It For Me) ya se está utilizando como parte de la emergente economía social (BlaBlaCar es un ejemplo de cómo un tercero puede hacer algo por ti fuera de la relación con una empresa) y en el mundo de la empresa sobrepasando de hecho al SaaS (Software as a Service) como parte importante de la relación entre empresas y va más allá aún del tradicional outsourcing (contratación externa) para la realización de tareas complejas por parte de terceros. Así, el tradicional SaaS se convierte en SwaS (Software with a Service) que suma el valor de un software que el cliente no sabe manejar con el consejo de expertos humanos que auditan, realizan y devuelven al cliente un servicio completo. Hay un excelente artículo de acerca de cómo funcionan las empresas DIFM y cómo son las relaciones entre ellas.

Pero es que aún hay más.

Primero es Proactive

Una de las características que Apple está esbozando en iOS 9 es Proactive. Implementada discretamente y sin darle un gran revuelo, es un primer paso muy importante hacia una expansión de esta tecnología y convertir sus dispositivos no solo en herramientas, sino en ayudantes a tiempo completo con capacidad de decisión.

Proactive se integra dentro del menú de búsqueda cuando desplazas la pantalla de inicio de tu iPhone o iPad a la derecha para mostrar las búsquedas de Siri y sus sugerencias. Estas sugerencias al respecto de contactos y aplicaciones están basadas en patrones de uso como, en el caso de los contactos, frecuencia en las llamadas y mensajes, localización o incluso hábitos de uso. Lo mismo ocurre con las aplicaciones, lo que permite tener un lanzador de aplicaciones que reconoce, de nuevo, nuestros patrones de uso para rápidamente ofrecernos alternativas.

Proactive no solo se queda aquí, sino que sugiera contactos a la hora de escribir correos electrónicos, grupos de contactos incluso en función de nuestros patrones de envío, sugerencias de todo tipo en mapas, combinación con el uso de Siri… de hecho Proactive está tan discretamente repartido por el sistema que solo en iOS 9 ha comenzado a hacerse evidente que, bueno, el iPhone parece más listo de lo que era con iOS 8 y con iOS 7.

Lo siguiente, que lo haga por mi

Toda esta proactividad está diseñada basándose en el uso de patrones pero es el usuario el que recibe la información cuando interactúa directamente con del iPhone. ¿Cual es el siguiente paso? que el iPhone haga cosas por mi.

Pero pongamos un ejemplo: Recibes un correo electrónico en el que Proactive detecta un patrón de palabras que incluye varios términos como importante, urgente, etc. Pero tú estás durmiendo. O simplemente hace mucho rato que no interactúas con tu dispositivo. Inmediatamente el propio iPhone se encarga de responder el correo electrónico indicando que se ha recibido el correo y que se notificará al usuario receptor tan pronto termine el lapso temporal de No Molestar, interactúe con el teléfono o incluso, si la persona que nos escribe está en la lista de favoritos, nos avisa con un elemento sonoro (o mucho más importante y natural) hablado, indicándonos que hay un correo electrónico que deberíamos atender incluso cuando, bueno, no estamos en situación de atenderlo. El propio usuario puede, una vez leído el correo, definir un patrón indicando que no era tan importante y por lo tanto, en siguientes correos de esa persona “fuera de horas” solo se aplicará la respuesta estandarizada y la notificación correspondiente.

El análisis de patrones de uso es pues un paso importante sobre el que basar toda esta nueva tecnología y es algo que Apple ya está haciendo con Proactive. Probar patrones y definir patrones, para luego implementar acciones que nos liberen de tareas mundanas y nos permitan concentrarnos en lo importante.

Los desarrolladores

Como desarrollador de aplicaciones deberías empezar a estudiar esta futura tendencia, aplicando en consecuencia dentro de tu propio segmento de desarrollo. Por ejemplo, una aplicación de lista de la compra debería ser capaz de avisar al usuario de que se acerca del día de acercarse al supermercado y compilar una lista previa de la compra basándose en parámetros como hace cuanto que compra o no compra cierto producto para reponerlo, qué debería buscar en oferta porque es temporada de ese producto y en general usar los patrones y más patrones de uso del usuario para facilitar tareas del día a día.

Lo mismo ocurre con las aplicaciones de productividad, en la que inteligentemente el asistente es capaz de detectar patrones de contacto, creación de eventos y tareas y sugerir la repetición de las mismas. Hay todo un mundo por descubrir.

DIFM como tecnología ya está dando sus primeros pasos desde hace tiempo con tecnologías basadas en flujos de trabajo como IFTTT o Workflow pero estas tareas deben ser creadas por el usuario y disparadas por el mismo o a horas específicas, sin la capacidad de reconocimiento de patrones de uso y de una interacción directa con el.

Realmente hay mucho potencial en estas siglas que van a dejar a la economía de las aplicaciones atrás en el sentido puro del uso de las mismas para convertirse en adiciones que no requieren apenas de interfaz sino de una integración directa con el día a día tomando decisiones por el usuario basadas en sus patrones de uso, evitando así la pérdida de tiempo innecesario y ayudándole a organizar mejor su tiempo y recursos.