Rejuveneciendo un iMac late 2009 por Alberto Corbi y Francisco Vidal

Sabemos que podéis encontrar tutoriales en iFixit y en otros lugares de la red… pero, ¿qué hay de una demostración sincera, casera y en español de cómo rejuvenecer un iMac sustituyendo su HD de fábrica por un flamante y rápido SSD? Adelante con ello.

El iMac late 2009 es una máquina muy buena (Core2 a 3.06Ghz, 8Gb de RAM) pero que adolece de un desastrosos acceso IO por culpa de un disco duro hiperlentísimo que no le hace justicia en absoluto. Afortunadamente esto puede solucionarse con una ventosa y un destornillador, literalmente (bueno y un disco SSD de reemplazo, claro). 

Hemos elegido un disco SSD de la casa Crucial de 240Gb que, en el momento de redactar este artículo tiene un precio ligeramente superior a los 100€. Sí, los SSD ya no son un lujazo propio de gente pudiente, sino que ya empiezan a estar al alcance del gran público. 

Tampoco hemos decido hacer un Fusion Drive pues sólo con la capacidad del SSD es suficiente para nuestros cometidos profesionales. El disco original hará el papel de Time Machine más adelante gracias a una caja externa USB2 o FireWire (este modelo de iMac aún no soporta Thunderbolt). 

Lo primero es quitar la pantalla con  ayuda de unas ventosas. A nosotros nos ha valido con la empleada por los típicos navegadores GPS.  Recordad que la protección de cristal en los iMac está adherida mediante imanes a lo largo de todo el bisel. Por lo tanto sólo es necesario “despegarla” con cuidado.

Después del cristal protector, tenemos que desatornillar la pantalla propiamente. Parece sencillo, pero se complica precisamente por el bisel imantado, que nos desvía el destornillador cada vez que nos acercamos. Lo mejor en esta fase es tumbar el iMac sobre una superficie suave. Cuando tengamos en nuestro poder todos los tornillos, alzamos la pantalla con extrema cautela.

Aquí es donde hay que tener mucho cuidado pues hay multitud de conectores que van de la placa a la pantalla. Tenemos que ir uno a uno desconectándolos con paciencia y con mucho cuidado. 

Por último, sacamos el disco SATA original y los sustituimos por el SSD. Tenemos dos problemas aquí. El primero y más fácil de sortear es que, al ser SSD sensiblemente más pequeño, se hace necesario “apañar” su fijación al hueco original. La ventaja es que al ser muy ligero y no contener partes móviles, basta con un sólo tornillo bien apretado a estructura original. 

El segundo problema es que el disco original disponía de lectura de temperatura, cosa que el SSD no tiene. Aquí tenemos dos opciones: o bien dejamos el conector “al aire” o bien lo puenteamos como aparece en la imagen (círculo rojo). En el primer caso, el sistema pensará que la temperatura del disco es la máxima posible y conectará los ventiladores a toda potencia, de manera permanente. Afortunadamente, con sencillos programas de terceros como SSD Fan Control (http://exirion.net/ssdfanctrl) o HDD Fan Control (http://www.hddfancontrol.com) podemos regular manualmente la activación de la ventilación. Nosotros hemos elegido la segunda opción, con lo que el sistema “piensa” que la temperatura es “cero” o “nominal”. Esta opción es la más próxima a la realidad, pues es muy raro que el SSD se caliente demasiado. Al puentear, no se activarán los ventiladores (salvo que los sensores del resto de sistemas lo requieran), pero es conveniente “vigilar” la temperatura (con los mismos programas antes mencionados), sobretodo durante tareas y momentos muy activos a nivel computacional.

Nada más… no hemos dado muchos detalles técnicos, pero comprended que sólo pretendíamos dejar caer el mensaje de que con Apple, hay vida -y de calidad- después de los 5 años.

Un artículo de Alberto Corbi (@pammacdotnet) y Francisco Vidal (@ZezualMatrix)