Con apenas una semana para probar el ordenador no me ha dado tiempo a poner en cuestión sus capacidades de procesamiento en archivos multimedia, aunque sé que son excepcionales porque he visto demostraciones. Esto lo dejo para la «cesión» larga en la que si dará oportunidad de usar Final Cut Pro, Aperture y Logic para ver cómo se comporta.
Como siempre, me preocupa sobre todo qué va a encontrar el usuario que no lo utiliza profesionalmente (o si lo prefieres así, para el usuario profesional cuando lo utiliza para tareas más comunes y que requieren menos potencia). A pesar de lo anterior, voy a obviar comentarios sobre la fluidez o rapidez en esas tareas del ordenador, puesto que es evidente que es más que capaz de realizar todas las tareas sin apenas enterarse.
En este sentido, hay que hablar de tres aspectos. Las 13″, la esbeltez de la máquina y, por supuesto, la pantalla retina.
Macbook Pro de 13″
Hace algún tiempo ya hice mi revisión del MacBook Pro de 15 pulgadas, y la verdad, todo lo bueno de aquel modelo es aún mejor en el de 13 pulgadas. El tamaño de la pantalla, unida a la resolución que tiene y la nitidez que ofrece (Retina) hacen que trabajar en este portátil sea un auténtico placer.
Apple ha mantenido sus señas de identidad: la carcasa de aluminio unibody, y un conjunto de puertos concentrado en lo esencial (puede que rayando en lo espartano), lo que unido a la reducción de grosor lo hace aún más compacto, resistente y portable.
Muchas de las cosas que dije en el caso del MacBook Pro de 15 pulgadas siguen sendo perfectamente válidas para este caso, así que si quieres profundizar, te recomiendo que lo leas.
¿Ligero como … el aluminio?
Es un mal chiste, lo sé, pero es una de esas relaciones forma/función que establece Apple y que hacen que los usuarios aprecien inmediatamente la calidad del producto, hasta tal punto que sean capaz de elegirlo desoyendo los cantos de sirenas de los portátiles de otros fabricantes que les tararean: «lo barato es mejor».
La eliminación de la unidad óptica y el rediseño a medida del interior han permitido a Apple disminuir aún más el volumen y el peso del portátil de 15 pulgadas, lo que contrasta enormemente con la solidez que transmite cerrado, un bloque de aluminio duro y rígido, que parece capaz de aguantar casi cualquier golpe (no, no he hecho ese tipo de pruebas de resistencia, es sólo la impresión que transmite).
Si tuviera que ponerle algun «pero» sería a la bisagra de la pantalla. Para mi gusto es demasiado dura. Cuesta demasiado abrir y cerrar la pantalla, casi como levantar la tapa del baúl. Claro, ya se eliminaron los enganches mecánicos, los cierres magnéticos y cualquier tipo de sujeción artificial. Cierras la tapa y ahí se queda. Eso implica que no pueda abrirse fácilmente por un golpe o balanceo involuntario (por ejemplo mientras lo paseas en la bolsa o lo trasladas de acá para allá), así que la bisagra tiene que ir bien ajustada. No tengo datos para saber si con el uso esa resistencia se va eliminando y pasadas unas semanas irá suave como el jabón, pero recién sacado de la caja no es algo que hagas empujando ligeramente con un dedo.
MacBook Pro de 15″ con pantalla Retina
A estas alturas es fácil minusvalorar la aportación que supone la pantalla retina, sobre todo si no se tiene una delante para comparar. Y también es una postura fácil descartar ese avance poniéndolo en función del precio que cuesta (el mismo MacBook sin pantalla retina cuesta 500 euros menos).
Pero la realidad es que trabajar, visionar, leer, etc. en un portátil con esa definición y esa calidad de monitor es una auténtica delicia, que hace que te sientas mal cuando tienes que volver a sentarte delante de tu pantalla diaria (no retina), o si tienes conectado otro monitor con menor resolución. Es como -por poner una analogía- si una pantalla la vieras con las gafas puestas y para la otra te las quitaras. Te descubres abriendo más los ojos para intentar enfocar mejor, y no sabes por qué de repente todo se ve sucio, emborronado, grosero.
No mires que no hay píxeles, por mucho que te acerques
(la línea negra de la izquierda es el marco de la pantalla).
Clic para ampliar.
Imagen visualizada en Safari. Clic para ampliar.
Texto (sin flash instalado, claro).
Si amplías al máximo la imagen podrás ver la densidad de píxeles.
Clic para ampliar.
Es como probar un vino bueno de verdad. Luego puedes seguir bebiendo todos los días el compras en el súper, pero ya no es igual porque sabes que hay algo mejor. Y es una comparación que no puedes olvidar.
Conclusión
El MacBook Pro de 13 pulgadas es la respuesta perfecta para muchas actividades, con unos materiales excelentes, una calidad de fabricación insuperable y unas prestaciones impresionantes. Está claro que puede que para algunos el precio será un obstáculo insalvable y prefieran (o se conformen) gastar menos y tener algo menos bueno. Pero dado que es un portátil (lo mismo pasa con los ordenadores de sobremesa) y te vas a pasar muchas horas mirando su pantalla, tecleando con la cabeza prácticamente encima/delante de ella, nunca podrás decir que has invertido demasiado en el monitor, o que éste tiene más calidad de la que necesitas.
El MacBook Pro con pantalla Retina de 13 pulgadas está disponible con procesador Core i5 de doble núcleo de Intel a 2,5 GHz ampliables a 3,1 GHz con Turbo Boost, 8 GB de memoria y 128 GB de almacenamiento flash por 1.779 euros, IVA incluido, y con 256 GB de almacenamiento flash por 2.079 euros, IVA incluido.
Este macbook es una bofetada a todos los que esperamos hasta junio para que renovasen los macbook pro’s.
Además le veo grandes fallos:
-128 GB? ahí te caben el sistema y 4 fotos
-La misma gráfica y procesador que el no retina de 13»? Si ya al mio le cuesta ciertas aplicaciones, como será lidiar con 800 mil millones de pixeles?
-2000€ por esto?
-Dos thunderbolts? Con la pasta que me habré dejado en el susodicho portátil como para pillarme un thunderbolt display
-Dónde está el siempre útil indicador de la batería?
-2000€ teniendo gráfica integrada!?!?!?
-Ya no tiene el receptor infrarrojo y no puedes pasar las diapositivas en plan pro
Por todo esto y más, estoy muy contento con este bicharraco que me he comprado y que a los 3 meses de salir ya está obsoleto.
Pues yo he notado la dureza de la bisagra igual que la de los otros MacBook, tanto Pro como Retina.
Por cierto el retina 13″ sale se recupera antes del reposo que el retina de 15″ !!
Para mí es evidente que la pantalla retina, que se acabará instalando en todos los aparatos de Apple, hará que dentro de unos años veamos los píxeles visibles con el ojo humano como indicativos como indicativos de una tecnología propia de una época, caduca en el futuro. Pero su aplicación en el momento me genera dudas; el tercer modelo del iPad necesitaba un consumo energético muy notable, y (aunque a algunos esto les parece una tontería) soy de aquellos a los que les resulta molesto tocar el iPad 3 por el calor que desprende. Ya de por sí el calor que desprende un MacBook me molesta a la hora de escribir mucho tiempo (necesito teclear por horas), por lo que uso un teclado externo. De forma que me pregunto si la pantalla retina afecta al calor del portátil. Me da la impresión de que en este punto Apple camina en el filo de la navaja de las posibilidades del hardware, y no sé si la construcción de iMacs con pantalla retina (que cabría esperar próximamente) les generará problemas. Un iMac de 27 pulgadas con pantalla retina tendrá que ser una monstruosidad de resolución…
Pues no te lo tomes a mal que no es mi intencion, pero o tienes una piel con los terminales termicos ultradesarrollados o lo tuyo no es normal… El que a alguien le resulte molesto tocar el iPad3 por el calor es lo mas raro que he leido en muuucho tiempo 😯
Vamos no quiero pensar lo que debe de suponerte coger un vaso de leche recien sacado del microondas…
Hola, me lo apunto todo para la revisión final que haremos dentro de unas semanas.
Hola, Xaxv.
🙂 No, no me lo tomo a mal, claro. 🙂 No estoy diciendo que me duela ni nada parecido, claro… Pero al iPad 3 se le nota que está más caliente que la temperatura ambiente (en todo momento), y creo que eso hará, para mí (no lo he comprado), que esté frecuentemente atento al hecho de que está caliente. Cosa que no sucede con el iPad 2.
Otra cosa son los MacBooks. El mío (Pro) ya tiene unos años (2007), y no sé si esto ha mejorado, pero definitivamente no me gusta apoyar las muñecas en él. El calor que desprende, sobre todo a partir de la primavera, me resulta un suplicio. El aluminio queda muy bonito, y es bueno que el calor se expulse, pero como más cómodo he estado es con el MacBook blanco de plástico.
Tal vez por eso tenga prevención a todos los aparatos táctiles en materia de calor…
En todo caso, no soy el único al que le molesta (o le preocupa), de alguna manera, el calor del iPad. Y sospecho que esa puede ser la razón del cambio rápido al cuarto modelo (si es que el nuevo procesador genera menos calor, que no lo sé).
#5 … Será que ya esta posteada la revisión y yo ni me enteré?
#7 próximamente. Que con tanta novedad no nos da tiempo a cubrir todos los frentes