En concreto, la empresa que ha establecido este precio ha sido UBM TechInsights. Los comentarios de la empresa sobre lo que califica una “moderada actualización” coinciden con el análisis general de la industria acerca de la política de Apple al respecto de la comercialización de las diferentes generaciones del iPhone: con un proceso repetido en dos ocasiones, es bastante factible que el modelo de negocio de publicar una nueva generación y una generación “mejorada” al año siguiente se repita con las siguientes generaciones de dispositivos de la compañía.
Independientemente del precio que paga el usuario final al “comprar” un teléfono subsidiado por las compañías telefónicas, el precio final marcado por Apple para los teléfonos (precio de venta libre) para el iPhone 4S es de 649 dólares, 749 dólares y 849 dólares respectivamente. Esto supone que recién salidos de fábrica, Apple gana aproximadamente unos 449 dólares por teléfono, de los que hay que descontar la manufactura, los gastos de distribución, la publicidad y márketing y la amortización del desarrollo del iPhone.
Si estos gastos generales asociados al teléfono fueran el doble del coste del teléfono, solo con las 200.000 unidades reservadas con el operador norteamericano AT&T el beneficio para la compañía de Cupertino sería de 49,8 millones de dólares sin haber puesto el teléfono aún en la calle y sin contar, evidentemente, con los teléfonos reservados a lo largo de todo el mundo, que podrían estimarse en cantidades similares a lo largo de todo el globo.