En las regiones áridas de todo el planeta se espera siempre con impaciencia la llegada de una tormenta que sacie la sed de sus suelos. Una nueva investigación internacional sobre la formación de tormentas podría mejorar la predicción de precipitaciones en regiones áridas y en concreto en África, donde las sequías y la brevedad del periodo vegetativo de los cultivos son la norma. El estudio, cuyos resultados se han presentado en Nature Geoscience, recibió fondos mediante una subvención europea del Sexto Programa Marco (6PM).
Científicos de Australia, Francia y Reino Unido dirigidos por el Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido evaluaron la región de Sáhel, en el oeste de África, mediante imágenes satelitales de alta resolución. Descubrieron que la generación de tormentas se ve influenciada por cambios rápidos en la humedad del suelo en zonas de apenas unas decenas de kilómetros.
Según los investigadores, sobre el Sáhel puede formarse un monzón en muy poco tiempo. Por esta razón es necesario que los agricultores calculen cuándo plantar y prevean el comienzo de la estación de lluvias con exactitud. Esta información podría suponer la diferencia entre una buena cosecha o su destrucción, indicaron.
En resumen, un modelo predictivo mejor podría ser determinante para aquellos que dependen de esta información. Un paso en falso podría causar desastres económicos e incluso muertes.
Durante el periodo comprendido entre 2006 y 2010, el equipo estudió imágenes satelitales obtenidas cada 15 minutos a una escala de unos pocos kilómetros con el fin de evaluar la formación de tormentas cada día durante la estación de lluvias.
En total se analizaron 3 765 tormentas en una región de 2,5 millones de kilómetros cuadrados, lo que permitió al equipo contar con los datos necesarios para determinar la frecuencia, el momento y la posición de los procesos de convección (formación de nubes).
El equipo descubrió que las variaciones en la humedad del suelo a escalas de longitud de entre 10 y 40 kilómetros ejercen un control intenso en la formación de tormentas, lo cual se confirma por la aparición de nubes convectivas. Además apuntaron que la posibilidad de que se formen tormentas de lluvia se duplica sobre zonas con gradientes muy marcados de humedad en el suelo en comparación con condiciones de humedad uniforme. En general, el 37 % de las tormentas evaluadas por los investigadores se formaron sobre los territorios que representaban el 25 % de los gradientes de humedad del suelo más pronunciados.
«La precipitación es difícil de anticipar, sobre todo en regiones como el Sáhel en la que se pueden formar tormentas enormes de la nada en cuestión de horas», advirtió el Dr. Chris Taylor del Centro de Ecología e Hidrología y autor principal del estudio. «Descubrimos que las zonas con un gran contraste de humedad en el suelo desempeñan una función importante en la creación de tormentas nuevas, un factor que no se tiene en cuenta en los modelos climáticos actuales. Nuestro estudio muestra que este efecto es importante en una de cada ocho tormentas en una región especialmente proclive a las sequías y a la correspondiente pérdida de cultivos.»
El Dr. Taylor añadió que gracias a los datos generados por satélites los científicos cuentan con los medios necesarios para mejorar los modelos de predicción de las condiciones meteorológicas y climáticas.
En relación a los resultados del estudio, el Dr. Phil Harris del Centro de Ecología e Hidrología declaró: «Gracias al tamaño de este corpus -mucho mayor que el utilizado en estudios anteriores- y a que abarca varios años, estamos mucho más seguros de los resultados. Ahora que podemos cuantificar este proceso e introducir en los modelos climáticos las condiciones adecuadas con las que trabajar, es más probable que predigan correctamente el lugar de inicio de las tormentas.»
En el estudio colaboraron científicos del Centro Nacional de Investigación Meteorológica de Francia (CNRM) y de la Universidad Macquarie (Australia).
Para más información:
Centro de Ecología e Hidrología:
http://www.ceh.ac.uk/
Nature Geoscience:
http://www.nature.com/ngeo/index.html
Fuente: Cordis
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