Según un nuevo estudio, cada vez hay más países en vías de desarrollo que externalizan la deforestación para ayudar a proteger y restablecer sus bosques.
Esta investigación ha sido financiada en parte por el proyecto REDD-ALERT («Reducción de las emisiones debidas a la deforestación y degradación mediante usos alternativos de la tierra en las selvas tropicales»), que ha recibido 3,49 millones de euros por medio del tema de Medio Ambiente del Séptimo Programa Marco (7PM) Los resultados, publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), podrían influir en las medidas que se están tomando actualmente para asegurar la sostenibilidad de los bosques que quedan en el mundo.
Un grupo de investigadores de las universidades de Stanford y Rutgers, en los Estados Unidos, y de la Université Catholique de Louvain (UCL), en Bélgica, afirman que los bosques de nuestro planeta están desapareciendo a razón de 13 millones de hectáreas cada año; una zona del tamaño aproximado de Inglaterra.
«Reducir la deforestación es una prioridad internacional, debido a su impacto sobre las emisiones de carbono y la biodiversidad», explicó el profesor Eric Lambin de Stanford y de UCL, uno de los autores del estudio. «Sin embargo, nuestro estudio ha determinado que las políticas reforzadas de conservación forestal y la expansión económica a menudo provocan el aumento de la demanda de productos de madera y agrícolas importados, lo cual contribuye a la deforestación en otros países.»
El equipo del estudio referido evaluó la relación entre la reforestación a escala nacional y el comercio global de productos forestales y agrícolas durante un período de casi 50 años (1961-2007). El equipo de investigadores descubrió que seis países en vías de desarrollo habían introducido medidas más centradas en la reforestación neta que en la deforestación neta: Chile, China, Costa Rica, El Salvador, India y Vietnam.
También observaron que, salvo en el caso de la India, los países informaron de una reducción de la tala de madera y de la expansión de las zonas agrícolas, lo cual había disparado un aumento de la demanda de productos de madera y agrícolas importados.
«Por cada 40 hectáreas de reforestación en estos 5 países, importaron el equivalente a 30 hectáreas de productos forestales», explicó el Dr. Patrick Meyfroidt, del Instituto de la Tierra y la Vida del Centro Georges Lemaître de Investigación sobre la Tierra y el Clima, UCL, autor principal del estudio. «Teniendo en cuenta sus exportaciones de productos agrícolas, el balance neto asciende a 9 hectáreas de tierra usada en otros países».
El investigador del TECLIM indicó que el desplazamiento neto de uso de la tierra saltaba hasta las 21 hectáreas de productos agrícolas o forestales importados por cada 40 hectáreas reforestadas. En resumen, por cada hectárea de tierra reforestada, se utilizaba media hectárea en otra parte, incluyendo países como Brasil e Indonesia, que representan un 61% de toda la deforestación acaecida en los trópicos húmedos entre 2000 y 2005.
Para mitigar la deforestación en otros países se pueden realizar distintas intervenciones, como la integración de los datos de degradación medioambiental en las reglas de comercio global y el refuerzo de la cooperación internacional en los temas relacionados con la deforestación y el uso de la tierra.
«Si la producción forestal local simplemente desplaza la presión por alterar los bosques a otras partes del mundo, a escala global no conseguiremos ningún beneficio para la naturaleza», subrayó el profesor Lambin. «Sin embargo, este estudio no significa que los esfuerzos realizados por estos países para proteger sus bosques sean inútiles, sino que el comercio internacional de productos de madera y agrícolas puede reducir los beneficios medioambientales a escala global de las políticas nacionales de protección forestal. El vaso está medio lleno; no medio vacío.»
Para más información: REDD-ALERT, Universidad de Stanford, Université Catholique de Louvain (UCL) y PNAS. Fuente: Cordis
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