Apple como religión

i-god1.gifUno de los argumentos más estereotipados cuando se trata de los usuarios de los productos de Apple es tacharlos de fanáticos, y que ven Apple como una religión a la que adoran (es decir, son unos fanáticos religiosos). Da igual que la mayor parte de los argumentos que se escriban tengan que ver con la gestión del liderazgo y con un marketing y publicidad de primera clase. La analogía entre los diferentes componentes de la imagen de Apple y los presentes en la mayor parte de las religiones es demasiado fácil como para dejarla pasar. Y tanto las personas religiosas como los usuarios de los productos de Apple acaban metidos en un mismo saco dentro de una demagogia que, como todas, no tolera ningún tipo de crítica.

Podríamos pensar que después de 25 años (y hace mucho que en Apple se desestimaron los «evangelistas» -está claro que el término no ayuda- como medio de dar a conocer las soluciones y ventajas de los productos de la empresa de Cupertino) ya es una polémica superada, pero parece que no tanto.

La reciente publicación de un informe realizado por dos profesores de la A&M University de Texas, éstos argumentan que la única forma de comprender la incondicional adoración y el éxito financiero, fuera de toda norma, de Apple y su iPhone es comprender sus tiendas minimalistas y de blancas paredes como las nuevas iglesias de la generación tecnológica.

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«El comportamiento cuasi religioso y el lenguaje que rodea la devoción/fanatismo hacia Apple es un ejemplo de «religión implícita» » aseguró la profesora Heidi Campbell, uno de los autores del estudio, a FoxNews. «La religión implícita puede ocurrir cuando el uso de, digamos, la tecnología se convierte en un sustituto de creencias y comportamientos que en otros tiempos estaban asociados a la religión y su práctica».

Los investigadores de la universidad constatan que la historia de Apple tiene elementos que reflejan los puntos básicos de las religiones más tradicionales:

– La historia de la creación de Apple resalta el humilde origen del garaje.

– El director de Apple, Steve Jobs, es percibido como un líder mesiánico que fue despedido pero que «resucitó» para salvar a la empresa.

– Apple siempre ha tenido un antagonista arquetípico, el Diablo, anteriormente representado por Microsoft y en tiempos recientes ha ido adoptando progresivamente la forma de Google.

Suponemos que muchos otros grupos sociales podrían encajar dentro de lo que estos profesores denominan «religión implícita», puesto que son unos límites perfectamente elásticos que pueden adaptarse a las necesidades de cada argumentación.

Por mucho que hayamos querido una cámara en el iPod touch, o lo mucho que se desee que los Mac Pro tengan un grabador BluRay, o la desesperante necesidad de que AppleTV deje de ser un eslabón perdido y queramos que evolucione a algo «liberador», dudo mucho que nadie rece por las noches a Steve Jobs para que le conceda sus deseos.

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Como divertimento, siempre podemos seguir el juego e intentar identificar a los doce apóstoles… ¿quién será Judas?

One Comment

  1. Anónimo

    La cosa es clara… Bentley como religión, Rolls Royce como religión, Apple como religión… etc. Naturalmente, los que dependen de su exigua paga semanal no lo ven con buenos ojos. Kelesdén (con K). Jé.

    =;-)

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