A finales de los años noventa del siglo pasado comenzó a usarse, en las intervenciones quirúrgicas, la llamada “cirugía robótica”, una técnica que consiste en operar a los pacientes usando un robot que es dirigido a distancia por un cirujano, a través de un ordenador. De esta forma, la mente y la habilidad del cirujano se combinan con la ejecución precisa de la máquina.
Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, pretende hacer una modificación en estos sistemas, eliminando de ellos el factor humano, es decir, prescindiendo del médico.
Pruebas exitosas
Bioingenieros de dicha Universidad han demostrado que un robot, sin ayuda humana, puede localizar lesiones en órganos, dirigir un dispositivo hacia ellas, y tomar muestras de su tejido, todo en una sola sesión.
Según publica la Universidad de Duke en un comunicado, los investigadores afirman que, cuando esta tecnología se desarrolle más, servirá para crear robots autónomos capaces de realizar diversas tareas quirúrgicas sencillas.
Uno de los creadores del sistema, Kaicheng Liang, investigador del Duke University Ultrasound Transducer Group, afirma que en pruebas realizadas a principios de este año se demostró “que el robot, dirigido por inteligencia artificial, podía localizar por sí solo calcificaciones y quistes en un tejido similar al del pecho, con gran exactitud”.
Otras pruebas realizadas más recientemente también han arrojado resultados muy positivos: el robot fue capaz de tomar muestras de ocho puntos distintos de un tejido similar al de la próstata humana, en el 93% de los intentos.
Tomar múltiples muestras resulta importante porque contar con ellas ayuda a determinar la extensión de la lesión, explican los investigadores.
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