Nuevo sistema comunitario de alerta rápida contra maremotos

maremoto1.jpgGracias a fondos comunitarios, un grupo de investigadores ha contribuido al desarrollo de un sistema de alerta rápida que servirá para proteger a las poblaciones expuestas a la acción de posibles maremotos y prevenir la terrible cifra de muertes que podría causar un fenómeno similar al que azotó Indonesia y Sri Lanka en diciembre de 2004 y que se calcula que se cobró 230.000 vidas.

La Unión Europea brindó financiación a este trabajo por medio del proyecto DEWS («Sistema de alerta rápida a distancia»), al que se adjudicaron algo más de 4 millones de euros a través del área temática «Tecnologías de la sociedad de la información» (TSI) del Sexto Programa Marco (6PM) de la UE con el propósito de desarrollar un sistema avanzado e interoperable de alerta rápida contra maremotos que permitiera reaccionar con antelación suficiente.

Hace seis años, una sección de la placa tectónica del Índico situada frente a las costas de Indonesia experimentó una sacudida en dirección descendente que provocó el segundo seísmo más potente que se haya registrado (con una magnitud de 9,2) y olas de 30 metros de alto. La tremenda catástrofe que se produjo puso de manifiesto la apremiante necesidad de contar con un sistema que avisase con antelación suficiente a las poblaciones expuestas a los efectos de maremotos.

Alemania fue el primer país en reaccionar poniendo en marcha un sistema germano-indonesio de detección y alerta ante maremotos (GITEWS). Seguidamente, la UE decidió ampliar esta iniciativa y proporcionó financiación para poner en marcha DEWS en 2007 con el fin de brindar protección a todas las naciones del Océano Índico.

«Es casi imposible dar cifras, pero si DEWS hubiera estado en funcionamiento en diciembre de 2004 se habría salvado una cantidad ingente de vidas», aseguró el investigador encargado de DEWS, Andreas Küppers, del Helmholz-Zentrum Potsdam, perteneciente al Centro de Investigación de Geociencias de Alemania (GFZ).

Actualmente el proyecto se dedica a detectar y analizar la actividad sísmica en el Océano Índico, evaluar de inmediato el consecuente peligro de maremoto e informar a los países en riesgo mediante una red de detectores que cuenta con sismómetros de banda ancha, instrumentos con conexión a GPS instalados en tierra y en la superficie oceánica, mareógrafos y barómetros situados en el fondo del océano.

Todos los datos generados por estos instrumentos se retransmiten a través de satélites de comunicaciones a una central situada en Jakarta (Indonesia), donde se procesan. El programa informático SeisComP3, creado por el GFZ, determina con rapidez la magnitud y la ubicación de cada fenómeno sísmico.

«Los sistemas anteriores necesitaban 11 ó 12 minutos para detectar una señal y localizar su origen», informó el profesor Küppers. «Ahora se tarda 4 minutos.»

Si el sistema detecta un seísmo con potencia suficiente para crear un maremoto, empieza a analizar y modelar el riesgo de que éste se produzca. No obstante, incluso contando con una gran capacidad de computación, modelar un maremoto llevaría demasiado tiempo. Por esta razón los investigadores de DEWS emplean bibliotecas de temblores de distintas magnitudes y orígenes geográficos y también simulaciones detalladas del oleaje que habría en las costas índicas, y de este modo determinan qué zonas corren peligro.

Además de las restricciones temporales, el equipo de DEWS ha tenido que hacer frente a la dificultad de poner en alerta a veinte países en múltiples idiomas, algunos de los cuales carecen de relaciones políticas entre sí. «Se trata de un sistema plurilingüe capaz de difundir distintos mensajes a distintas personas y en distintos idiomas», apuntó el profesor Küppers. «Fue aún más difícil sentar en torno a una misma mesa a todos los representantes políticos, pero vamos por buen camino para solucionar también ese obstáculo.»

Ahora los investigadores responsables centran sus miras en los países europeos que sufrirían las consecuencias de un hipotético maremoto, concretamente los de la ribera mediterránea y la zona noreste del Atlántico. En su opinión, es aconsejable promover una nueva profesión que denominan «ingeniero técnico de alertas rápidas» y que contribuiría a brindar la máxima protección a las poblaciones vulnerables.

«Si se quiere abordar estos problemas adecuadamente, hay que dedicar el tiempo y los esfuerzos necesarios para implicar a todo el mundo», aseveró el profesor Küppers. «Por eso quisiéramos que hubiera gente que escogiera esta profesión especializada y fuera capaz de dedicarse al campo de las alertas rápidas.»

Para más información: DEWS, ficha del proyecto en CORDIS. Fuente: Cordis

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