Astrónomos europeos han descubierto monóxido de carbono en la atmósfera de Tritón, el mayor satélite de Neptuno. El descubrimiento se debe a una nueva tecnología que ha permitido realizar el primer análisis de infrarrojos de la atmósfera de dicho satélite. Los investigadores también realizaron la primera detección desde la superficie terrestre de la presencia de metano en su atmósfera. Los resultados del estudio, sobre los que se ha publicado un artículo en la revista Astronomy & Astrophysics, permitirán que comience un programa de observación de Tritón que se prolongará durante las décadas venideras.
La comunidad astronómica ha sentido fascinación por Tritón desde su descubrimiento en 1846. Es el más grande de los trece satélites de Neptuno y el séptimo de nuestro Sistema Solar (su tamaño equivale a las tres cuartas partes de la Luna). Los astrónomos coinciden en subrayar la gran variedad de distintos compuestos helados que existen en su superficie, como nitrógeno, agua y dióxido de carbono, así como su actividad geológica y su particular movimiento de rotación contrario al de su planeta (retrogradación), el único con esta característica en un satélite de nuestro Sistema Solar.
La órbita de Neptuno alrededor del Sol dura 165 años terrestres, lo que significa que cada estación en Tritón dura unos 40 de nuestros años. El análisis de infrarrojos realizado por los investigadores reveló que el hemisferio sur de Tritón se encuentra ahora en pleno verano. Al calentarse este hemisferio, se sublima una capa de nitrógeno, metano y monóxido de carbono helados, lo cual hace que aumente la densidad de su atmósfera.
El equipo realizó estos descubrimientos gracias al nuevo Espectrógrafo Criogénico Infrarrojo de Alta Resolución de Echelle (CRIRES), situado en el VTL (Very Large Telescope, el telescopio óptico más grande del mundo) del Observatorio Europeo Austral (ESO). El análisis en la banda de los infrarrojos demostró que los efectos del Sol aún se aprecian en Tritón, aunque la temperatura media de su superficie se mantenga a -235 °C.
El autor principal del estudio, Emmanuel Lellouch del LESIA (Laboratorio de estudios espaciales y de instrumentación de astrofísica), situado en el Observatorio de París (Francia), afirmó: «Hemos encontrado indicios de que el Sol aún influye en Tritón, a pesar de la gran distancia que los separa. Este satélite helado posee estaciones al igual que la Tierra, pero cambian más lentamente.»
Los astrónomos ya sabían que existía monóxido de carbono en Tritón, pero el equipo referido ha descubierto que la capa superior de Tritón es rica en hielo de este compuesto que pasa a la atmósfera. La atmósfera de Tritón está compuesta principalmente de nitrógeno, pero también desempeña una función importante su contenido de metano, descubierto por primera vez por la sonda Voyager 2 y confirmado por este estudio.
«Los modelos atmosféricos y climáticos de Tritón deben reevaluarse ahora que hemos descubierto monóxido de carbono y reevaluado la cantidad de metano», indicó una de las autoras, Catherine de Bergh, del LESIA.
La medición de la atmósfera de Tritón no es sencilla pues el satélite está treinta veces más alejado del Sol que la Tierra. En la década de los ochenta, una teoría astronómica mantenía que la atmósfera de tritón podría ser tan densa como la de Marte (7 milibares). No obstante, con el paso de la sonda Voyager 2 en 1989, se registró una atmósfera de nitrógeno y metano de 14 microbares de presión, una densidad 70.000 veces menor a la de la atmósfera terrestre. Desde entonces y hasta la puesta en marcha de CRIRES muy pocas observaciones desde la superficie terrestre han ofrecido la oportunidad de estudiar el satélite con mayor precisión.
«Necesitábamos la sensibilidad y capacidad de CRIRES para captar espectros con gran detalle y así poder observar una atmósfera tan tenue», aclaró Ulli Käufl del ESO.
El desarrollo de CRIRES es el primer paso para que la comunidad astronómica comience a tomar medidas de cuerpos distantes en el Sistema Solar. «Ahora podemos empezar a observar la atmósfera y averiguar la evolución estacional de Tritón en términos de décadas», concluyó Emmanuel Lellouch.
Para más información: Observatorio Europeo Austral (ESO) y Astronomy & Astrophysics
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