Científicos de todo el mundo están recopilando información sobre microbios diminutos y otras especies del fondo de los océanos no apreciables a simple vista pero que están relacionadas con casi la totalidad del resto de los seres vivos del planeta. Este trabajo forma parte del «Censo de la Vida Marina» (CoML), una de las colaboraciones de mayor envergadura en la historia de la ciencia y en la que participan más de 2.000 investigadores de más de 80 países.
Los microbios marinos son criaturas diminutas que componen el 90% de la biomasa de todos los océanos. El zooplancton, las larvas y otros miembros de la familia microbiana que viven en el fondo marino son fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro planeta y su estudio nos aporta información sobre la cadena trófica de la Tierra, el ciclo del carbono y otras funciones elementales.
Los científicos encargados del estudio referido están componiendo un inventario de estas criaturas, identificando especies, cantidades y situaciones geográficas y, en general, tratando de averiguar la función que desempeñan. A esta investigación contribuyen cuatro de los catorce proyectos que participan en la elaboración del Censo de la Vida Marina, un trabajo científico de enorme envergadura sobre de la vida oceánica del pasado, el presente y el futuro que recibe apoyo comunitario a través de varias subvenciones otorgadas a proyectos concretos.
Los cuatro proyectos de dicho Censo que se centran en especies marinas no apreciables a simple vista son el «Censo Internacional de Microbios Marinos» (ICoMM), el «Censo de Zooplancton Marino» (CMarZ), el «Censo de la Diversidad de la Vida Marina Abisal» (CeDAMar) y la «Biografía de Ecosistemas de Aguas Profundas» (ChEss). En estos cuatro proyectos participan unos 300 científicos que, hasta octubre de 2010, fecha establecida como término de la iniciativa de Censo, habrán realizado cerca de 300 expediciones.
«La magnitud de los descubrimientos realizados durante la elaboración del Censo no ha sido tan grande en ningún otro ámbito de la vida oceánica como en el de los microbios», afirmó el Dr. Mitch Sogin, del Laboratorio Biológico Marino de Woods Hole (Estados Unidos) y colaborador del Real Instituto de Investigación Marina de los Países Bajos (NIOZ) a través de ICoMM.
«Los científicos están descubriendo y describiendo un nuevo mundo sorprendente de diversidad y abundancia microbiana, esquemas de distribución y cambios estacionales», añadió el Dr. Sogin.
Pero esto no siempre ha sido así. Hasta que empezó la iniciativa del Censo no se sabía mucho sobre estas criaturas oceánicas diminutas ni sobre la aportación del estudio de su mundo microscópico para conocer mejor la vida en la Tierra. Por ejemplo, en la década de los cincuenta se estimó que un litro de agua marina contenía 100.000 células microbianas, pero las estimaciones actuales sitúan dicha cifra en más de 1.000 millones de microorganismos. No ha sido hasta hace poco cuando la comunidad científica descubrió un manto de microbios que cubre una zona del tamaño de Grecia en el fondo oceánico frente a la costa oeste de América del Sur. Este manto se considera una de las mayores concentraciones de vida de todo el planeta.
Desde que comenzaron los trabajos de ICoMM se han extraído muestras oceánicas de más de 1.200 puntos que han permitido la creación de una base de datos que contiene 18 millones de secuencias de ADN (ácido desoxirribonucleico) microbiano. El presidente del consejo consultivo científico del ICoMM, el Dr. John Baross de la Universidad de Washington (Estados Unidos), explicó que el estudio no ofrece más que una pincelada de la fabulosa cantidad de entornos microbianos que quedan por explorar.
«Existen bacterias asociadas a cada uno de los cientos de miles de animales marinos de mayor tamaño, los cuales son portadores de floras microbianas tanto intestinales como pegadas a su superficie externa que probablemente han evolucionado de forma paralela. Sólo en los animales marinos podríamos encontrar cientos de millones de especies microbianas. Es un vasto campo de investigación para la década venidera», indicó el Dr. Baross.
El director del proyecto CeDAMar, el Dr. Pedro Martínez Arbizu del Instituto de Investigación Senckenberg (Alemania), añadió que este tipo de resultados inducen a considerar el fondo del océano desde una perspectiva nueva. «Estos hallazgos nos hacen ver que no podemos utilizar las profundidades oceánicas como un vertedero ni someterlas a una extracción de recursos sin límites sin alterar de forma drástica las comunidades marinas que habitan en ellas.»
Las conclusiones de la iniciativa Censo de la Vida Marina se presentarán y debatirán en octubre de 2010 en Londres (Reino Unido) con ocasión de su congreso de clausura.
Para más información: Censo de la Vida Marina (CoML), Censo Internacional de Microbios Marinos (ICoMM), Laboratorio Biológico Marino de Wood y Real Instituto de Investigación Marina de los Países Bajos (NIOZ). Fuente: Cordis
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