La invención del microscopio supuso una revolución para el estudio de formas de vida minúsculas. Ahora, un equipo de científicos canadienses ha conseguido crear un microscopio robusto y sencillo, destinado a investigar formas de vida extraterrestres. Según sus creadores, sus características lo hacen apropiado para misiones espaciales, en las que el DIHM podría destinarse a registrar imágenes de cualquier objeto que encuentre y que mida como mínimo 100 micrómetros. Láser, hologramas y una cámara digital son algunos de sus componentes.
La invención del microscopio, instrumento óptico que nos permite ampliar la imagen de objetos o seres tan pequeños que no se pueden ver a simple vista, supuso una revolución en el estudio de las formas de vida terrestres.
Ahora, un robusto y sencillo instrumento podría resultar igual de importante para el estudio de otras formas de vida, las alienígenas, publica la revista Newscientist.
Con él, será posible ir a la búsqueda de seres extraterrestres que se encuentren en lugares de complicado acceso, como, por ejemplo, los océanos situados bajo el hielo de la superficie de Europa, una de las lunas de Júpiter.
Buscando imágenes directas
Hasta el momento, la búsqueda de formas de vida extraterrestre se ha realizado mediante la detección de moléculas relacionadas con organismos vivos. Sin embargo, sería la observación de imágenes directas lo podría proporcionarnos respuestas más concluyentes a la cuestión de si dichas formas de vida existen o no.
Los científicos Hans Kreuzer y Manfred Jericho, de la Universidad Dalhousie de Canadá, han desarrollado con esta finalidad un robusto microscopio que puede ser sumergido en agua, y que permite detectar cualquier forma de vida microscópica que se encuentre nadando o flotando en ella.
Bautizado como “digital inline holographic microscope” (DIHM), este instrumento está formado por un par de compartimentos herméticos, separados entre sí por una cámara a través de la cual puede fluir el agua.
Uno de estos dos compartimentos contiene un láser azul que es enfocado sobre una ventana del tamaño del agujero de una aguja, orientada hacia el agua. Enfrente de este agujero, dentro del segundo compartimento, hay una cámara digital y un USB (un canal para el traspaso de datos), que permite que la información registrada llegue a un receptor situado fuera del agua.
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