Hay animales que tienen la capacidad de navegar gracias tanto a la potencia del campo magnético emitido por el núcleo líquido de la Tierra como al ángulo en el que este campo confluye con ella. También se ha demostrado científicamente que las vacas y los cérvidos, por ejemplo, consiguen orientarse en un alineamiento Norte-Sur. No obstante, un equipo de investigadores alemán y checo ha descubierto que las capacidades de orientación de los animales quedan distorsionadas si éstos se encuentran cerca de líneas de alta tensión.
Este último descubrimiento, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, aporta nuevas evidencias sobre la respuesta de los animales a los efectos del magnetismo, sobre todo porque estas líneas de alta tensión generan un campo magnético.
¿Cómo procesa el cerebro animal la información sobre el magnetismo? Estudios realizados con anterioridad muestran que algunas especies poseen zonas cerebrales que responden a la información magnética. Es posible que estas áreas también puedan detectar cambios en el campo magnético. Además, la presencia en el cerebro de algunos animales de magnetita, mineral magnético en su estado natural, provoca magnetorrecepción, es decir, la capacidad de detectar un campo magnético o percibir una dirección, altitud o situación.
El profesor Hynek Burda de la Universidad de Duisburg-Essen (Alemania) propuso en un estudio científico publicado en agosto del año pasado que la orientación Norte-Sur se producía debido al campo magnético de la Tierra. Sirviéndose del servicio Google Earth para probar su teoría, el investigador descubrió que las manadas estaban situadas apuntando hacia el Norte o hacia el Sur.
No obstante, el profesor Burda y su colega la Dra. Sabine Begall profundizaron en la investigación y descubrieron que si el ganado vacuno pastaba en las inmediaciones de una línea de alta tensión instalada de Este a Oeste, la manada se orientaría también en esta dirección. Por el contrario, el ganado vacuno y los cérvidos pastarán en direcciones aleatorias si se encuentran bajo cables instalados con la orientación Noreste-Suroeste o Noroeste-Sureste. Su «brújula magnética» natural, que rige su comportamiento, funciona peor cuanto más se acercan los animales a las líneas de alta tensión.
«Los campos electromagnéticos de muy baja frecuencia creados por las líneas de alta tensión interrumpen la alineación de los cuerpos de estos animales con el campo geomagnético», escribieron los coautores en el estudio. «La orientación de los cuerpos del ganado vacuno y de los corzos era aleatoria en los pastos que se encontraban en las proximidades o bajo líneas eléctricas. Además, el ganado vacuno expuesto a varios campos magnéticos por estar situado debajo o en las proximidades de líneas eléctricas dispuestas en varias direcciones magnéticas mostraron patrones de alineación concretos.»
El equipo de investigación alemán y checo empleó imágenes de satélite y aéreas para evaluar vacas y cérvidos. «El efecto distorsionador de los campos electromagnéticos de muy baja frecuencia sobre la alineación del cuerpo de los individuos disminuía al aumentar la distancia hasta las líneas conductoras», declararon los investigadores. «Estos descubrimientos son una prueba de que los grandes mamíferos son capaces de percibir campos magnéticos y también de una reacción clara de la respuesta de los invertebrados a campos electromagnéticos débiles de muy baja frecuencia», añadieron. «La reacción probada a campos electromagnéticos débiles de muy baja frecuencia implica efectos a nivel molecular y celular.»
Otras instituciones participantes en el estudio fueron la Universidad Checa de Ciencias de la Vida, Academia de las Ciencias de la República Checa y la Universidad Charles de Praga.
Para obtener más información: Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), Universidad de Duisburg-Essen y Universidad de Ciencias de la Vida
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