Una sencilla técnica consigue hacer creer a la gente que está en otro cuerpo

La percepción del cuerpo como estancia de nuestra conciencia responde a la integración continua de señales multisensoriales y motoras en marcos de referencia ego-céntricos, explican científicos del Karolinska Insitutet de Suecia. Sin embargo, experimentos realizados han demostrado que estos marcos de referencia pueden variar si se usan “trampas” perceptivas. El resultado de diversos experimentos realizados en el KI ha sido soprendente: cualquier persona puede sentir que se encuentra en el cuerpo de otro, bien quieto, bien realizando un acto voluntario. La ilusión tendría aplicaciones en varios campos, sobre todo en el de la realidad virtual, donde aumentaría el realismo.

La idea de que un individuo cambie su cuerpo por el de otra persona ha estado en la imaginación de escritores y artistas durante décadas. Esta idea es reflejo de una pregunta fundamental: ¿por qué experimentamos la certeza de que nos encontramos dentro de nuestro organismo?

Ahora, un equipo de neurocientíficos cognitivos del Karolinska Institutet (KI) , una universidad médica de Suecia, ha conseguido que la gente perciba los cuerpos de maniquíes y de otras personas como si fueran el suyo propio.

Tal y como han explicado los investigadores en un artículo aparecido en la revista PlosOne Artículo PloSOne, la manipulación de la perspectiva visual, en combinación con la recepción de información multisensorial, fue suficiente para generar la ilusión de que un cuerpo ajeno podía ser el propio.

Compartiendo la visión

En un comunicado publicado por el KI, se explica que fueron realizados varios experimentos distintos.

En uno de ellos, se adaptaron dos cámaras a la cabeza de un maniquí de tienda. Estas cámaras estaban conectadas a dos pequeñas pantallas, que a su vez fueron situadas en frente de los ojos de una persona. De esta manera, dicha persona podía ver lo que “veía” el maniquí.

Cuando los ojos-cámara del muñeco y la cabeza de la persona eran dirigidos hacia abajo, el sujeto veía el cuerpo del maniquí en el mismo lugar en el que, normalmente, veía el suyo propio.

La ilusión del “cuerpo cambiado” se creó cuando los científicos tocaron el estómago de la persona y también el del maniquí con sendas varillas al mismo tiempo. Entonces, el sujeto pudo ver que el estómago del maniquí estaba siendo tocado, al tiempo que sentía (sin verlo) que también le estaban tocando su propio estómago.

Como resultado, el participante humano informó de haber tenido la sensación de que el cuerpo del maniquí era su propio cuerpo.

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